Llegó primero por Oceanía y pasará por Asia, Oriente Medio, África, Europa y finalmente América.
La llegada del 2018 empezó en Oceanía. Las campanadas de medianoche se ayeron luego en todo el mundo desde Asia, pasando por Oriente Medio, África, Europa y finalmente América. En todas partes se dieron espectáculos de luces para despedirse de 2017.
Asia
En Hong Kong, se lanzaron "estrellas fugaces" desde las azoteas de los edificios en un espectáculo pirotécnico y musical de diez minutos de duración. En Yakarta, unas 500 personas se dieron el "sí, quiero" en una boda colectiva organizada por el gobierno indonesio.
En Tokio, los habitantes suelen pasar la Nochevieja con sus familias, aunque muchos jóvenes llegaron al centro de la ciudad para la cuenta atrás del Año Nuevo.
La ciudad de Dubái sustituirá sus fuegos artificiales de medianoche por un espectáculo luminoso en la torre más alta del mundo, acompañado por música.
Europa
En Moscú, los mayores bulevares y plazas se adornaron para acoger el Año Nuevo, con fuegos artificiales en 36 lugares claves.
En Alemania se tomaron precauciones para proteger a las mujeres. Se instaló por primera vez junto a la Puerta de Brandenburgo en Berlín una carpa dedicada a atender a víctimas de agresiones sexuales o que se sientan amenazadas. Al llegar la media noche el cielo se iluminó de colores con los fuegos artificiales de bienvenida al 2018.
En París, miles de personas acudieron a los Campos Elíseos, donde se prendió un castillo de fuegos artificiales y un espectáculo de luces en el Arco del Triunfo. Se movilizaron cerca de 140.000 policías, gendarmes y soldados en todo el país para hacer frente a la amenaza yihadista.
América del Sur
Una multitud recibió el Año Nuevo en Río de Janeiro entre fuegos artificiales y a ritmo de Anitta, la estrella pop del momento en Brasil, quien puso a bailar a miles de turistas y brasileños en la famosa playa de Copacabana. Unas 25 toneladas de fuegos artificiales colorearon el cielo de la "Ciudad Maravilhosa".
Las arenas de Copacabana, la playa más emblemática de Río de Janeiro, fue el escenario escogido por miles de personas para dar la bienvenida a 2018, un año que estará marcado en Brasil por la celebración de las elecciones presidenciales.
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