¿La corrupción y la crisis política actual nos quitan felicidad?

El psicólogo Jorge Yamamoto explicó que el contexto que vive una sociedad influye en el nivel de felicidad que atraviesa una persona. "Los seres humanos no solo dependemos de la familia y amigos, sino de vivir en una sociedad mínimamente decente", explicó en la Rotativa del Aire.

El investigador social detalló que en una sociedad donde no se administra la justicia de manera correcta, podrían ocurrir dos escenarios: que una persona inocente pueda ser enjuiciada, o que las personas encargadas de velar por el crecimiento de una sociedad puedan ser los más grandes ladrones.

"Cuando eso ocurre es una gran tragedia para una especie social porque nos damos cuenta que en vez de progresar, de estar tranquilos, y en consecuencia felices, tenemos que preocuparnos porque las cosas están patas arribas. Basta leer las noticias para darnos cuenta que, lamentablemente, somos campeones mundiales en corrupción y esto nos impulsa a cambiar esta situación", señaló.

Según el reporte mundial 2018, el Perú se ubica en el puesto 65 de 156 países, dos puntos debajo de la medición realizada el 2017. La lista es encabezada por países como Finlandia y otros denominados de primer mundo. El especialista destacó que esto se debe al acceso a la educación y a la seguridad percibida. Sin embargo, advirtió que si se utilizaran otros índices como el nivel de depresión o suicidio, se encontraría que estos países son los que más casos presentan.

"No existe evidencia de que la gente se suicide de extrema felicidad. Hay una fórmula mal hecha en la que se confunde la prosperidad con la felicidad", explicó.

En ese sentido, Yamamoto mencionó que el informe destaca por primera vez 'la extraña felicidad latinoamericana', que refiere que a pesar de la coyuntura política y económica que atraviesa, gozamos de un nivel elevado de felicidad. Según explicó, esto se debe a las relaciones entre los familiares y amigos.

"Incluso señala que eso debe ser aprendido por otros países para que puedan contagiarse de la expresión 'estamos jodidos pero felices'", indicó.