La inmigración a gran escala de los regugiados causa una inesperada presión sobre los sistemas de salud de los países de acogida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) planteó hoy en Roma la necesidad de que se aborde la cuestión de los controles sanitarios de entrada para los refugiados que llegan a Europa y pidió elaborar un "enfoque común" respecto a este fenómeno.
La directora regional de la OMS en Europa, Zsuzsanna Jakab, solicitó examinar ese asunto en una reunión que comenzó en la capital italiana para abordar las consecuencias de la llegada masiva de refugiados al continente.
Según Jakab, "hay que valorar el papel adecuado de los controles de ingreso, si es que debe haberlos".
"La inmigración a gran escala causa una inmensa e inesperada presión sobre los sistemas de salud de los países de acogida, poniendo a prueba su capacidad y preparación", añadió.
Por eso, hizo un llamamiento a la aprobación de "un marco común para la acción conjunta" en relación con la salud de los refugiados y migrantes.
En la reunión de Roma se pretende encontrar recomendaciones basadas en datos empíricos sobre cómo integrar las necesidades de salud de los refugiados dentro de los planes de acción nacionales para la prevención y control de enfermedades no transmisibles.
A la cita, que fue organizada por el Gobierno italiano, asisten ministros de Sanidad europeos y representantes europeos de la OMS y de otras regiones.
Este año, más de 700.000 refugiados entraron en Europa, y al menos el 5 por ciento de estas personas necesitan asistencia médica por problemas de salud como lesiones accidentales, hipotermia, quemaduras, accidentes cardiovasculares, embarazo y complicaciones con el parto, diabetes e hipertensión, según la OMS.
Según la funcionaria, "los sistemas de salud europeos, incluidos los de los países que reciben refugiados, están bien equipados para diagnosticar y tratar enfermedades infecciosas y transmisibles comunes".
"Debemos garantizar que todos los países estén preparados para atender una afluencia masiva de personas y proteger la salud de sus poblaciones residentes", advirtió.
Añadió que "una buena respuesta a los retos que plantea la inmigración requiere la preparación y capacidad del sistema de salud, incluidos datos epidemiológicos robustos, una cuidadosa planificación y formación y, sobre todo, la adhesión a los principios de equidad, solidaridad y derechos humanos".
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la OMS presentaron en la capital italiana recomendaciones de vacunación para los países que acojan a solicitantes de asilo en Europa.
Recomendaron, en particular, que los inmigrantes sean vacunados siguiendo los calendarios nacionales de los países en los que residan desde hace más de una semana.
En concreto, señalaron que se deberá dar prioridad a la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) y la poliomielitis.
Jakab advirtió de que en la atención a los refugiados se asiste a "muchos desafíos complejos", como el acceso limitado a los servicios de salud, debido al alto coste sanitario, la falta de información y los obstáculos administrativos, culturales o idiomáticos.
EFE
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