El bombardeo israelí fue tan violento que activó las alarmas de los vehículos y sacudió edificios en Beirut y sus alrededores
El ejército de Israel prometió este jueves que continuará asestando "duros golpes" a Hezbolá en Líbano, donde sus tropas sostienen combates terrestres apoyados por ataques con aviones contra milicianos del movimiento islamista.
Tras una ofensiva de intensos bombardeos contra la organización proiraní en Líbano, que abatió a varios dirigentes de Hezbolá y dejó más de 1.000 muertos en todo el país, según las autoridades libanesas, el ejército israelí inició el lunes incursiones terrestres en el sur.
La aviación israelí atacó el jueves "el cuartel general de inteligencia" del movimiento, en las afueras de la capital libanesa, anunció el ejército.
Hezbolá afirmó por su parte que un ataque golpeó un depósito cerca del aeropuerto de Beirut y una fuente cercana al movimiento informó en la noche de hasta 11 bombardeos consecutivos en el sur de la capital, bastión de esta organización.
En total, 37 personas murieron y 151 resultaron heridas en los ataques aéreos israelíes del jueves, señaló el Ministerio libanés de Salud.
Casi un año después del estallido de la guerra en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque del grupo palestino Hamás el 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, Israel anunció a mediados de septiembre que el "centro de gravedad" del conflicto se desplazó hacia el norte, en la frontera libanesa.
Israel afirma que busca debilitar a Hezbolá -que abrió un frente en su frontera con Líbano en apoyo a su aliado Hamás en octubre del año pasado- para permitir el retorno de decenas de miles de personas desplazadas.
Continuarán ataques
El jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi, prometió que sus fuerzas seguirán atacando las posiciones de Hezbolá y no permitirán que el movimiento islamista se vuelva a "asentar" en el sur de Líbano.
"Los duros golpes contra Hezbolá (...) van a continuar", afirmó el general en un discurso televisado.
El ejército libanés afirmó el jueves que, por primera vez desde hace un año, respondió a disparos israelíes en el sur de Líbano tras la muerte de dos de sus soldados.
El temor a una escalada del conflicto en Oriente Medio se intensificó después de que el martes Irán lanzó casi 200 misiles contra Israel y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que la República Islámica pagará por su "gran error".
Los dirigentes de los países del G7 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido- expresaron "su profunda preocupación por el deterioro de la situación en Oriente Medio".
"Un peligroso ciclo de ataques y represalias corre el riesgo de atizar una escalada incontrolable", advirtieron.
AFP
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