El presidente brasileño sufrió una crisis de hipertensión cuando se encontraba ya a bordo del avión rumbo a Davos (Suiza) para participar en el Foro Económico Mundial.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió hoy el alta médica después de pasar la noche en un hospital de la nororiental ciudad de Recife, donde fue internado de urgencia por una crisis de hipertensión que le impidió viajar a Davos (Suiza).
El mandatario brasileño abandonó a primera hora el Hospital Portugués de Recife y de inmediato embarcó para Sao Paulo, donde se someterá a un nuevo chequeo médico, según informó el servicio estatal de noticias Agencia Brasil.
Inicialmente, el gobernante canceló su agenda de compromisos previstos hasta el domingo y su Asesoría de Prensa indicó que Lula pasará los próximos días en su apartamento de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo.
La crisis de hipertensión sufrida por el jefe de Estado le obligó a cancelar su viaje al Foro Económico Mundial en Davos, donde estaba prevista la entrega de una distinción como Estadista global.
Lula comenzó a encontrarse mal sobre las 00.30 horas, dentro del avión que lo iba a trasladar a Davos, según declaró a los periodistas su médico particular desde hace cinco años, Cléber Ferreira, quien pidió la cancelación del viaje a pesar de la insistencia del mandatario.
Según el facultativo, el mandatario, de 64 años, llegó a tener la presión arterial en 18-12, y tras pasar por diversos exámenes los médicos del hospital determinaron que debía pasar la noche ingresado.
Ferreira aclaró que se trata de algo esporádico, ya que Lula no es hipertenso, y que la causa de la crisis es el estrés y el cansancio.
Fuentes del entorno de la Presidencia comentaron que Lula ya había dado muestras de encontrarse "cansado e indispuesto" durante su participación en una cena ofrecida por el gobernador del Estado de Pernambuco, Eduardo Campos.
Medios locales señalaron que durante un acto público en la capital del Estado de Pernambuco, Lula inauguró un centro médico y bromeó con que no se encontraba bien pero no quería ser el primer paciente del local.
-EFE-
El mandatario brasileño abandonó a primera hora el Hospital Portugués de Recife y de inmediato embarcó para Sao Paulo, donde se someterá a un nuevo chequeo médico, según informó el servicio estatal de noticias Agencia Brasil.
Inicialmente, el gobernante canceló su agenda de compromisos previstos hasta el domingo y su Asesoría de Prensa indicó que Lula pasará los próximos días en su apartamento de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo.
La crisis de hipertensión sufrida por el jefe de Estado le obligó a cancelar su viaje al Foro Económico Mundial en Davos, donde estaba prevista la entrega de una distinción como Estadista global.
Lula comenzó a encontrarse mal sobre las 00.30 horas, dentro del avión que lo iba a trasladar a Davos, según declaró a los periodistas su médico particular desde hace cinco años, Cléber Ferreira, quien pidió la cancelación del viaje a pesar de la insistencia del mandatario.
Según el facultativo, el mandatario, de 64 años, llegó a tener la presión arterial en 18-12, y tras pasar por diversos exámenes los médicos del hospital determinaron que debía pasar la noche ingresado.
Ferreira aclaró que se trata de algo esporádico, ya que Lula no es hipertenso, y que la causa de la crisis es el estrés y el cansancio.
Fuentes del entorno de la Presidencia comentaron que Lula ya había dado muestras de encontrarse "cansado e indispuesto" durante su participación en una cena ofrecida por el gobernador del Estado de Pernambuco, Eduardo Campos.
Medios locales señalaron que durante un acto público en la capital del Estado de Pernambuco, Lula inauguró un centro médico y bromeó con que no se encontraba bien pero no quería ser el primer paciente del local.
-EFE-
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