Cientos de miles de peregrinos, ataviados con dos sencillos trozos de tela blanca acuden a Meca para dar siete vueltas alrededor de la ´Kaaba´, el lugar más sagrado del islám.
Unos dos millones y medio de peregrinos musulmanes se acercaron hoy a la ciudad de Mina, en Arabia Saudí, para participar en el ritual de lanzar piedras al diablo, en el día de la Fiesta Grande o "Eid al Adha".
Según informó el canal Al Jazira, hasta 300.000 peregrinos por hora han pasado a lo largo de varios niveles frente al muro que simboliza el diablo para lapidarle.
Hoy se celebra el día más importante del calendario islámico, el "Día del Sacrificio" y los aproximadamente 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo sacrifican un animal -una vaca, un carnero, un camello o una oveja- para repartirlo entre sus familias y los más necesitados.
Este sacrificio se realiza en honor a Abraham, que ofreció su hijo a Dios en señal de sumisión, pero finalmente su muerte fue conmutada por la de un carnero.
Las calles de las principales ciudades musulmanas del mundo amanecieron hoy con rezos multitudinarios y sangre en las calles, procedente de los cientos de animales que los fieles sacrificaron.
El clima hoy en Arabia Saudí ha sido más benevolente para los peregrinos, después de las lluvias de los primeros días que han causado inundaciones matando a 83 personas en la ciudad costera de Yeda.
En la gran mezquita de Meca y en la mezquita del profeta Mahoma en Medina se han celebrado los rezos correspondientes a la jornada de hoy.
Cientos de miles de peregrinos, ataviados con dos sencillos trozos de tela blanca han acudido también a Meca para dar siete vueltas alrededor de la "Kaaba", el lugar más sagrado del islám que los musulmanes consideran un pedazo del paraíso.
Ayer, los creyentes acudieron a la colina Arafat, de granito y con unos 70 metros de altura, para purificar sus pecados.
El "Hajj" (peregrinaje), que se realiza todos los años durante el último mes del calendario islámico, y junto a la limosna, los cinco rezos diarios, la profesión de fe y el ayuno durante el mes de Ramadán, es uno de los cinco pilares fundamentales de la religión que creó Mahoma.
Los creyentes que han acudido a la gran peregrinación en su vida hablan extasiados de la experiencia, que califican de indescriptible.
Este año está marcado por el temor a un contagio masivo de la gripe A, y por las excepcionales medidas de seguridad, implantadas en los últimos años, para evitar estampidas como las de 2004 y 2006 que provocaron cientos de muertos.
EFE
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