Un grupo de personas se concentró hoy en el Ayuntamiento de Avilés para pedir que no entierren el cuerpo, como marca la ley transcurridas 24 horas sin que un familiar se haga cargo del cadáver.
Un grupo de personas se concentró hoy ante el Ayuntamiento de Avilés (norte de España) para pedir ayuda con el fin de poder repatriar el cadáver de un pescador de origen peruano que falleció la semana pasada.
El marinero, que ha sido identificado con las siglas W.A.A.S. y tiene 26 años, murió el pasado jueves mientras faenaba a una milla de la vecina localidad de Salinas, en la norteña región de Asturias.
Los concentrados, compatriotas del infortunado pescador, colocaron carteles con su fotografía en un intento de impedir que mañana reciba sepultura en Avilés, como marca la ley transcurridas 24 horas sin que un familiar directo se haga cargo del cadáver.
Según apuntó a Efe una portavoz de los congregados, una funeraria local ha fijado el precio para el embalsamado y traslado del cuerpo hasta Lima en unos 6.000 euros (unos 8.160 dólares), un dinero que ese grupo se ve incapaz de reunir en tan poco tiempo.
Ni la armadora del barco "El siempre ratonero", de cuya tripulación formaba parte el marinero en el momento de su muerte, ni el Consulado de Perú en Asturias, ni el Consistorio de Avilés facilitan una ayuda, aseguraron los manifestantes.
Los padres del marinero, que viven en la ciudad costera de Ilo (sur de Perú), están durmiendo a la intemperie frente a la Embajada de España en Perú, intentando -sin éxito, de momento- reunir la documentación del seguro que les permita viajar a España para llevarse el cadáver de su hijo y darle sepultura en su tierra natal.
"Si antes de mañana no encontramos una solución, nuestro compatriota va a una fosa común y creemos que sus padres ya han sufrido bastante, como para añadir además esto", lamentó una compatriota que asistió al acto ante el Ayuntamiento de Avilés. EFE
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