El volcán de Fuego en Guatemala presenta una erupción explosiva que lanza material a varios kilómetros de distancia, mientras que el volcán de Kilauea en Hawái presenta erupciones lentas, dando mayor tiempo de evacuación.
La explosión del volcán de Fuego en Guatemala sorprendió por la fuerza con que el material incandescente arrasó caseríos a su alrededor, cuyos pobladores no tuvieron tiempo de huir de los veloces deslaves.
Tras la erupción del domingo pasado, al menos 101 personas murieron y cerca de 200 permanecen desaparecidas en los alrededores del coloso de 3.763 metros sobre el nivel del mar, situado a 35 kms al suroeste de Guatemala.
En contraste, el volcán Kilauea de Hawái, que entró en fase eruptiva el 3 de mayo, ha lanzado ríos de lava que aislaron poblaciones y obligaron a evacuar a 2.000 personas. Su impresionante flujo viscoso salió lentamente de las fisuras de la montaña, dando tiempo a retirar a los pobladores en riesgo.
Dos volcanes con diferentes erupciones
El vulcanólogo costarricense Gino González, de la organización Volcanes Sin Fronteras, explicó que el Fuego y el Kilauea son ejemplos de los dos tipos de volcanes que existen.
El de Fuego presenta erupciones de tipo explosivo por tener una gran cantidad de gas en su interior, provocando erupciones violentas que expulsa material a varios kilómetros sobre el cráter.
Kilauea, por el contrario, presenta erupciones lentas de tipo efusivo por una menor cantidad de gas. Los ríos de lava que surgen de sus fisuras se desplazan a 5 kms por hora, la velocidad en que camina una persona normalmente, explicó González.
Los volcanes de Centroamérica
En Centroamérica hay unos 50 volcanes con distinto grado de actividad, en su mayoría son de tipo explosivo, como el de Fuego, pero los expertos consideran poco probable que se repita una tragedia de las dimensiones del coloso guatemalteco.
González citó el caso de los volcanes Arenal y Rincón de la Vieja en Costa Rica, ambos explosivos y con mucha actividad en las últimas décadas, pero con una altura de 900 metros desde la base, con una menor acumulación de gas.
En el Salvador hay registros de una potente explosión del volcán Ilopango hace 1.500 años, que eliminó a la población maya de la zona y obligó a muchos a emigrar a otras regiones. Guatemala tiene otros dos volcanes activos, el Pacaya y el Santiaguito, el primero con erupciones menos violentas y el segundo, más violento que el de Fuego.
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