La mayoría de electores votó en contra del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las FARC. El experto en temas internacionales Miguel Ángel Rodríguez Mackay, explicó las razones detrás de esta decisión.
Colombia decidió ayer rechazar el acuerdo de paz que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos negoció durante cuatro años con las FARC. La diferencia entre el "no" y el "sí" fue mínima (50.21% contra 49.78%), pero fue suficiente para entender que detrás de esta decisión hay varios motivos de carácter social y político.
Hoy Colombia está dividida. Polarizada entre el "sí" y el "no". Y aunque la mayoría dijo "no", hay que entender que no es un "no" a la paz, sino al contenido del acuerdo y las concesiones que hace a las FARC, grupo guerrillero que durante más de 50 años ha cometido diversos crímenes que la ha llevado a ser considerada una organización terrorista. "Lo que piden los que votaron por el "no" es una reingenieria del contenido del acuerdo", explica el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay, quien agrega que hay varios motivos por los que la mayoría en Colombia rechazó el acuerdo de paz.
Impunidad. "El hecho de que el acuerdo estipulara que los cabecillas de las FARC no fueran a la cárcel, evidentemente disgustó a la gente y es ahí donde tendrá que hacerse un proceso de reingeniería, de tal manera que este clima de fractura interna, por lo que ha significado para Colombia más de 50 años de violencia, pueda solucionarse. Concretamente, el acuerdo decía que si los guerrilleros reconocían sus delitos iban a ser perdonados y no llevados ante las autoridades. Tú dices que has cometido un delito y quedas impune, eso no le cuadraba al pueblo colombiano. Eso es un rompimiento de un esquema natural de un debido proceso en el derecho".
Salarios. "Otra cosa que disgutó a la gente y razón por la que ganó el "no" es el hecho de que el acuerdo señalara que los guerrilleros tengan que recibir un sueldo por parte del Estado".
Vida política. "Las heridas y las fracturas internas en Colombia son graves. Asimiliar el hecho de tener que ver al guerrillero reinsertado en la sociedad, y según el acuerdo, con la capacidad de participar en la vida politica del país, con 10 escaños en el Congreso otorgados por el propio presidente, no es algo que se haga de un día para otro. Este tipo de conceciones inadvertidas, insospechadas e incoherentes terminaron por sellar el "no" de la gente. A los guerrilleros no puedes darles una oportunidad en el Parlamento, cuando lo correcto sería que ellos, si quieren llegar al Congreso, se sometan al proceso político del escrutinio popular".
Factor resentimiento. "La lectura de lo de ayer se puede interpretar también como una demostración de que las FARC no tienen el apoyo popular que creyeron que tendrían. No ha sido un movimiento guerrillero que contara con la simpatía de los colombianos. Las FARC tuvieron su momento para pedir perdón en el camino, durante los tiempos de Pastrana o Uribe seguramente hubieran allanado el proceso, pero como nunca lo hicieron, entoces generaron esa suerte de animadversión colectiva que se fue gestando en la sociedad colombiana".
¿Qué quieren los que votaron por el "no"? Lo que busca la mitad del pueblo colombiano es que los hechos delictivos cometidos por las FARC no queden en el libre albedrío. Solo así van a sentir que las heridas y sufrimiento de tantos años de guerra tendrán un nivel de resarcimiento social.
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