El Departamento de Seguridad Nacional sospecha que Akayed Ullah actuó tras ser adoctrinado por el Estado Islámico vía internet. En Bangladesh dijeron que no tenía antecedentes.
Las autoridades de Estados Unidos creen que el joven Akayed Ullah, autor de un atentado con bomba ayer en la principal estación de autobuses de Nueva York que causó cinco heridos, se radicalizó a través de internet. Según la policía de Bangladesh, país de origen del detenido, no tenía antecedentes penales en su jurisdicción.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el terrorista se habría radicalizado gracias a los mensajes divulgados por el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS). La Casa Blanca aseguró además que el joven pudo entrar en el país en febrero de 2011, gracias a un visado de reagrupación familiar. Ullah, que se encuentra entre los heridos en la explosión, detonó el artefacto casero en un túnel que conecta la terminal de autobuses de la Autoridad del Puerto de Nueva York con el metro suburbano de la plaza de Times Square.
Sin antecedentes. "No hemos encontrado ningún antecedente criminal", afirmó a la agencia Efe sobre Ullah una portavoz de la Policía de Bangladesh, Soheli Ferdous. Según ella, si se produjo un proceso de radicalización del joven de 27 años que le llevó a cometer el atentado, éste "no sucedió en Bangladesh". También informó que Ullah estuvo de visita en el país el pasado 8 de septiembre, pero aclaró que aún desconocen cuál fue el motivo de la visita ni qué hizo durante su estancia.
A Bangladesh, país de mayoría musulmana, se le ha adjudicado tradicionalmente la etiqueta de moderado, aunque las alarmas del radicalismo se han disparado desde 2013 tras una serie de atentados que han causado más de 70 muertos, fundamentalmente blogueros, intelectuales, extranjeros y miembros de minorías religiosas. El más impactante de todos esos crímenes fue el asesinato a machetazos de 22 personas, en su mayoría extranjeros, en el asalto a un restaurante de la acomodada zona diplomática de Dacca en junio del año pasado perpetrado por un comando leal al yihadista ISIS. EFE
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