Las autoridades no han querido revelar aún la identidad de los fallecidos, quienes estaban bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Dos migrantes murieron y un tercero está en condición "crítica" después de que un hombre disparara hacia una oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas (Texas), según informaron esta tarde las autoridades estadounidenses.
Inicialmente, la policía local había informado de solo un fallecido, además del atacante, pero el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) entregó un nuevo informe confirmando las víctimas adicionales.
Las autoridades no han querido revelar aún la identidad de los fallecidos, quienes estaban bajo custodia de ICE.
Según detalló DHS en un comunicado, el sospechoso disparó de manera "indiscriminada" hacia las instalaciones desde la terraza de un edificio adyacente e impactó contra una furgoneta en donde estaban los migrantes.
El atacante también se disparó a sí mismo y falleció, de acuerdo con las autoridades.
Tanto el FBI como DHS han asegurando que las pesquisas sobre este hecho continúan en marcha, pero revelaron que está siendo investigado como un ataque de violencia "selectiva".
Según las dos agencias federales, las autoridades encontraron una serie de cartuchos cerca del sospechoso tenían escrito el mensaje: "ANTI-ICE".
El director del FBI, Kash Patel, publicó en su cuenta de la plataforma X una imagen de los presuntos proyectiles, donde se ve la inscripción sobre una de las balas, en tinta azul.
Postura del gobierno
A pesar de que las autoridades recalcaron que desconocen aún el motivo tras el ataque, varios funcionarios del Gobierno de Donald Trump y políticos republicanos, entre ellos el vicepresidente, JD Vance, lo vincularon de inmediato con la "violencia" y las amenazas contra "las fuerzas del orden".
"El ataque obsesivo contra las fuerzas del orden, en particular contra ICE, debe parar", indicó el republicano en su cuenta de la red social X.
Este es el tercer incidente similar en lo que va del año en Texas. En julio las autoridades acusaron a 10 personas de participar en un tiroteo frente a un centro de detención de migrantes en Alvarado, que dejó a un policía herido y que el Departamento de Justicia consideró "ataque organizado".
Ese mismo mes, agentes federales mataron a un hombre que disparó contra un edificio de la Patrulla Fronteriza en McAllen, donde provocó un tiroteo cruzado que dejó al menos un herido.