Este sábado 15 de diciembre continuarán con su jornada de protesta a pesar de que el Gobierno de Emmanuel Macron cedió a sus presiones: anular la tasa de carburantes e incrementar a 1598 euros el sueldo mínimo.
Los "chalecos amarillos" parecen decididos a volver a salir el sábado a las calles de París, en su quinta jornada de protestas, pese a los llamados a la calma del gobierno francés, preocupado por destrozos a la propiedad pública y el impacto en la economía.
Este movimiento de franceses de la clase trabajadora, especialmente provincianos, exigen una mayor justicia social. Inicialmente protestaron en contra del incremento en los impuestos del combustible y luego el presidente Emmanuel Macron cedió a sus presiones con la anulación. Además entre los anuncios del presidente figuraba un aumento del salario mínimo en 100 euros.
Macron hizo llamados a "suspender" las manifestaciones en un contexto de amenaza terrorista reavivado por el atentado de Estrasburgo, que dejó cuatro muertos el martes, según un último balance. "Nuestro país necesita calma, orden", declaró el viernes en Bruselas.
"Respondí" a las demandas de los "chalecos amarillos", dijo el jefe de Estado al cierre de una cumbre europea. "El diálogo (...) no se hace con ocupación del espacio público y violencia", añadió. Pero sus llamados podrían no bastar para desactivar esta crisis que sacude al país desde hace un mes.
Algunos piden tregua
"¡No es el momento de rendirnos, debemos seguir!", exhortó el jueves uno de los iniciadores del movimiento, Eric Drouet, en un video en Facebook. "Lo que Macron hizo el lunes es llamar a continuar, porque comenzó a ceder y viniendo de él es inhabitual".
En Facebook, principal canal de movilización de este movimiento sin estructura, miles de personas respondían presente a los llamados a manifestar en el quinto sábado consecutivo de protestas.
"El terrorista fue abatido, ya no hay ningún obstáculo a manifestar. ¡'Chalecos amarillos' unidos el sábado!", se podía leer en uno de los grupos del movimiento en la red social. El autor del atentado en el mercado navideño de Estrasburgo (noreste), Chérif Chekatt, fue abatido por la policía el jueves por la noche.
No obstante, después de cuatro sábados de protestas, de los cuales tres degeneraron en violencia con barricadas en fuego y saqueos en comercios, algunos están a favor de suspender las protestas. Un ala moderada de los "chalecos amarillos" pidió una "tregua". "Ha llegado el momento del diálogo", dijeron los llamados "chalecos amarillos libres".
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