Michel Temer dijo que su país no puede seguir aceptando la muerte de inocentes. Con la medida, las Fuerzas Armadas asumirán todas las áreas de seguridad pública en ese estado
El presidente de Brasil, Michel Temer, decretó este viernes una intervención federal en el área de seguridad en Río de Janeiro, lo cual entrega a los militares la tarea de acabar con una ola de violencia que desangra a ese estado desde hace meses. "No podemos seguir aceptando pasivamente la muerte de inocentes. Es intolerable que estemos enterrando madres y padres de familia, trabajadores, policías, niños y niñas, y que veamos barrios enteros sitiados, con sus escuelas bajo la mira de fusiles", dijo Temer tras firmar la medida, inédita en la historia de Brasil.
La frase del presidente resume la cotidianidad de la población carioca, víctima desde hace más de un año de una creciente e indiscriminada violencia urbana que el 2017 causó 6,731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y 10 niños, muchos alcanzados por "balas perdidas". La decisión de decretar la intervención fue tomada tres días después del fin del carnaval, la fiesta popular más importante de Brasil y, en particular, de Río de Janeiro, donde este año se vio manchada por numerosos y graves episodios de violencia.
Medida de emergencia
Antes de llegar a este extremo, el Gobierno ya había desplegado a mediados del año pasado a 10 mil efectivos de las Fuerzas Armadas en Río de Janeiro, pero con áreas de actuación limitadas y que fueron insuficientes para devolver la tranquilidad a una ciudad que es "la cara" de Brasil ante el mundo. "Ustedes saben que el crimen organizado casi que se apropió del estado de Río de Janeiro", en una "metástasis que se expande por el país y amenaza la tranquilidad de nuestro pueblo", dijo Temer en la ceremonia, acompañado por miembros de su gabinete y autoridades de la propia Río de Janeiro.
Según Temer, el decreto entra en vigor "inmediatamente", pese a que deberá ser ratificado por el Parlamento. De acuerdo a la Constitución, las cámaras legislativas deberán ser convocadas para debatir la medida en un plazo de 10 días. Tanto la directiva de la Cámara de Diputados como del Senado ya han manifestado su respaldo a la decisión y anunciado que la estudiarán la semana próxima.
Camino
La medida fue aceptada por el gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao, quien esta semana admitió que las autoridades no estaban preparadas para garantizar la seguridad en el Carnaval. "Río de Janeiro tiene prisa, tiene urgencia. Nosotros solos, con la Policía Militarizada y la Policía Civil, no estamos consiguiendo detener la guerra entre las facciones (del narcotráfico) en nuestro estado", declaró Pezao, quien estuvo en la ceremonia donde se firmó el decreto.
La intervención federal, que en la práctica trasladará a las Fuerzas Armadas el comando de todas las áreas de seguridad pública en ese estado, abarcará también sectores como el presidiario y la vigilancia de las carreteras. Tanto en Río de Janeiro como en el resto de Brasil muchas de las cárceles están en manos de bandas, muchas de ellas del narcotráfico, que dirigen y coordinan desde la prisión las actividades de delincuentes que operan en libertad. (Con información de EFE)
Comparte esta noticia