En la ciudad de Santiago, los manifestantes, sin líder ni color político, reclaman un país menos desigual y profundas reformas sociales y económicas.
Miles de chilenos se concentraron este martes en la histórica Plaza Italia, en la ciudad de Santiago, para exigir demandas sociales y económicas al Gobierno de Sebastián Piñera.
Tras 11 días de un estallido social sin precedentes en los 29 años de democracia, ninguna medida del Ejecutivo ha logrado bajar la tensión en las calles, donde conviven un gran movimiento sin líder ni color político que reclama un país menos desigual, y otro numéricamente inferior, con un discurso antisistema, más radical, que ha originado destrozos millonarios en infraestructuras.
La incertidumbre prima estos días en la cotidianidad del chileno, acostumbrado en casi 30 años a la estabilidad política tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90) y al buen estado de su economía de mercado, con una inflación que fluctúa entre el 2 y el 3% anual, un dólar estable, un bajo desempleo (del 7% en promedio) y altas tasas de crecimiento.
Pero la amplia clase media que emergió en el país coincide en las calles en expresar su frustración con un sistema de flexibilidad laboral, bajas pensiones, salud y educación privadas, y percibe al actual gobierno como un grupo de empresarios desconectados de la realidad.
AFP
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