El exmandatario, salpicado por sospechas de corrupción, fue juramentado por Rousseff en un acto realizado en el Palacio presidencial de Planalto.
El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asumió hoy el cargo de ministro de la Presidencia del Gobierno de su pupila política Dilma Rousseff, en medio de protestas de grupos opositores y manifestaciones de apoyo.
Lula, salpicado por sospechas de corrupción, fue juramentado por Rousseff en un acto realizado en el Palacio presidencial de Planalto, que fue cercado por cientos de personas que expresaban su apoyo al Gobierno o su rechazo al ingreso del exmandatario al gabinete.
A la ceremonia asistieron decenas de parlamentarios de la base oficialista que recibieron a Lula y a Rousseff al grito de "no habrá golpe", en alusión al trámite con miras a un posible juicio político contra la mandataria, que será retomado hoy en la Cámara de Diputados.
También estaban presentes legisladores de la oposición, algunos de los cuales gritaban "vergüenza" y se enzarzaron en un breve duelo de coros con el oficialismo.
El nombramiento de Lula como ministro de la Presidencia, el cargo más influyente del Gobierno, ha generado un terremoto político por los problemas que el exmandatario enfrenta en la Justicia, que se agravaron con la difusión de unas polémicas grabaciones que sugieren que la mandataria intentó influir a su favor.
La seguridad en el Palacio de Planalto ha sido reforzada con decenas de policías y el tránsito de vehículos fue restringido en torno a la Plaza de los Tres Poderes, donde también se sitúan las sedes del Congreso y de la Corte Suprema.
En esa plaza se concentraron manifestantes tanto a favor como en contra del Gobierno, que llegaron a enfrascarse en incidentes que no llegaron a mayores.
EFE
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