El Gobierno ruso está convencido de que las grandes potencias pugnarán en las próximas décadas por el control de los ingentes recursos del territorio.
El Gobierno ruso estimó este viernes en un 80 por ciento el porcentaje de sus yacimientos de hidrocarburos que se encuentran en el Ártico, aunque negó que se proponga militarizar ese territorio para defender sus intereses nacionales.
"El Ártico es una región riquísima que acoge el 80 por ciento de todos nuestros yacimientos de hidrocarburos, por lo que debe recibir la máxima atención", dijo Dmitri Rogozin, viceprimer ministro ruso, ante la Duma o Cámara de diputados.
Rogozin reconoció que esa inhóspita región sigue siendo "terra incógnita", por lo que Rusia "debe investigarla y, en el mejor de los sentidos, colonizarla de manera civilizada para convertirla en un territorio más prometedor".
En particular, destacó la importancia de desarrollar la ruta marítima ártica, que se perfila como alternativa al Canal de Suez y podría revolucionar el transporte mundial de mercancías, por lo que abogó por crear un órgano estatal para gestionarlo.
Advierten que grandes potencias pugnarán por territorio ártico
Por todo ello, se mostró convencido de que las grandes potencias, entre ellas Estados Unidos, pugnarán en las próximas décadas por el control de los ingentes recursos del territorio, en el que también está interesada China, pese a no limitar con ese territorio.
Recordó que la OTAN ha intentado justificar su presencia militar en la zona utilizando como argumento el cambio climático y el subsiguiente deshielo, "lo que ha causado rechazo" entre los países árticos.
"El Ártico se está convirtiendo en lugar de confluencia de los intereses nacionales de muchos países. Por ello, nosotros estamos muy interesados en que en esa región reine la paz", dijo.
El Ártico fue incluido en la nueva doctrina militar rusa como una de las prioridades de la defensa nacional para las próximas décadas, motivo por el que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó instalar una red de bases militares, en particular, en el archipiélago de Nueva Zembla. EFE
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