"El proyecto influirá positivamente en el aumento de la presencia de Rusia en los mercados energéticos internacionales", declaró el presidente ruso, Vladímir Putin.
Rusia realizó hoy el primer envío de petróleo extraído en la plataforma flotante Prirazlómnaya situada en las aguas árticas del mar de Bárents, operación a la que se opone terminantemente Greenpeace.
"El proyecto influirá positivamente en el aumento de la presencia de Rusia en los mercados energéticos internacionales", declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, durante un puente televisivo con la plataforma ártica.
Putin aseguró que el proyecto operado por el consorcio Gazprom representa el comienzo de "el trabajo de explotación a gran escala por parte de Rusia de los recursos naturales del Ártico".
Destacó que dos rompehielos serán los encargados de transportar el crudo al continente durante casi todo el año, lo que también contribuirá a fomentar el desarrollo de la industria de construcción de barcos en Rusia.
El presidente de Gazprom, Alexéi Miller, se desplazó a la plataforma, que se encuentra a unos 60 kilómetros de la costa, para presidir la operación de envío de la primera partida de crudo al continente.
En previsión de las críticas de los ecologistas, Miller subrayó que Prirazlómnaya garantiza no sólo la explotación de petróleo en condiciones climatológicas extremas, sino también observa las medidas internacionales de seguridad más estrictas.
"Aquí, en la plataforma, las exigencias ecológicas son ley. El proyecto descarta completamente la posibilidad de un vertido de crudo tanto durante la extracción como durante el transporte", dijo.
Miller explicó que Gazprom ha utilizado un sistema de "vertido cero", por lo que durante la perforación y extracción en el mar no cae ni una gota de petróleo.
En septiembre del pasado año el rompehielos de Greenpeace "Arctic Sunrise" intentó obstruir la explotación de la plataforma Prirazlómnaya, a la que se intentaron encaramar varios activistas, acción que terminó con la detención de sus 30 tripulantes.
Los activistas fueron juzgados, acusados primero de piratería y después de gamberrismo, lo que conllevaba varios años de cárcel, y pasaron dos meses en prisión preventiva, proceso judicial que se convirtió en un incidente diplomático.
EFE
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