Bambán fue grabado mientras era golpeado y decapitado, para luego enseñarle este video a su dueño mientras también era torturado.
El 15 de abril del 2018, la vivienda de Alonso José Mora Alfonzo, paramédico y chef, fue allanada por una comisión mixta del Sebin y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), basándose en su amistad con Óscar Pérez, exfuncionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cpicp), quien fue asesinado el 15 de enero del 2018 junto con seis miembros de su equipo.
Mora Alfonzo fue acusado de ser conspirador, tras declararse desertor del gobierno de Maduro. El 27 de junio del 2017, sobrevoló la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y lanzó dos granadas de aturdimiento.
Los familiares de Alonso contaron al medio venezolano Crónica Uno que cuando Alonso fue secuestrado, Bambán, el Golden retriever de la familia, también fue llevado. No supieron nada de él hasta 47 días después, cuando pudieron ver a Alonso, quien les contó lo que habían hecho los funcionaros con él y su mascota.
A Bambán, de tres años, lo maltrataron, le cortaron las orejas y lo asesinaron decapitándolo. Todo fue grabado por los funcionarios, quienes luego le enseñaron el video a su dueño mientras también era torturado.
“Bambán era el bebé de la familia. Cuando secuestraron a Alonso, Bambán trató de defenderlo de los funcionarios y por eso se lo llevaron”, contó un allegado a la familia que prefirió no ser identificado a Crónica Uno.
De acuerdo con el abogado y defensor de los Derechos Humanos, Marino Alvarado, el chantaje y la extorsión son costumbres represivas del Gobierno cuando desean obtener información y no pueden conseguirla.
“Llevarse mascotas refleja los niveles de perversidad de los represores, que no se conforman con llevarse a un familiar. Las dos modalidades son un reflejo de que el Gobierno impone terror a como dé lugar”, explicó.
Actualmente, Mora Alfonzo está detenido en la prisión de Ramo Verde, en lo que su familia considera un “limbo jurídico”, pues no se encuentra bien de salud: tiene dolor en los brazos, nódulos y no puede apoyar el pie izquierdo.
Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, lo acusó de integrar una célula terrorista, que pretendía impedir las votaciones presidenciales en mayo del 2018 colocando explosivos en varias instituciones del Estado.
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