Joaquín Sabina se reencontró con su público madrileño tras 5 años, que agotó las 10 mil entradas puestas a la venta, pero casi se lleva un susto
Parece que la presión le jugó una mala pasada a Joaquín Sabina, que no dio muestras explícitas de fatiga y presumió de hecho de un buen estado de ánimo hasta que, tras un receso en el que sus músicos tomaron el relevo, regresó al escenario y compartió lo sucedido.
"Hoy, por exceso de ganas de estar bien delante de mi gente de Madrid, me acaba de pasar -llegando a cosas feas- un Pastora Soler", dijo, en alusión a los "vahídos por pánico escénico" que recientemente llevaron a esta cantante sevillana a retirarse temporalmente de la música.
"Lo lamento mucho", subrayó, visiblemente emocionado ante la reacción del aforo del Barclaycard Center (antiguo Palacio de Deportes de Madrid), puesto en pie para mostrarle su apoyo.
Joaquín Sabina intentó entonces reemprender el concierto y llegó a cumplimentar el bloque principal, con el clásico "Cerrado por derribo", al que siguieron "Pero qué hermosas eran", "De purísima y oro", "Más de cien mentiras" y las festivas "Noches de boda" e "Y nos dieron las diez".
"Lo siento mucho, pero realmente no me encuentro muy bien", se disculpó, anticipando el final del concierto tras dos horas de música, media hora antes de lo que estaba estipulado.
A pesar de ello, prácticamente nadie en el pabellón le recriminó este abrupto cierre, sin que la organización del concierto ni la representación del artista hayan ofrecido de momento más información sobre su estado de salud.
Al menos cumplió con el propósito inicial de celebrar los 15 años de la publicación de "19 días y 500 noches", con una gira que surgió como un "regalo" al público de Latinoamérica, donde actuó con normalidad en países como Argentina, Uruguay y Chile. EFE
Comparte esta noticia