La artista mexicana salió al escenario acompañada por su eficaz y talentosa banda para interpretar al piano "Amores platónicos" y luego su clásico "Limón y sal".
La dulzura de la cantante mexicana Julieta Venegas caldeó hoy la fría noche de Montevideo y el espíritu de los cerca de 2.000 seguidores que se congregaron para disfrutar de su música en Palacio Peñarol de la capital uruguaya.
El gélido pabellón deportivo, escenario habitual de ríspidos partidos de baloncesto y rudos combates de boxeo, acogió por unas horas las sencillas y optimistas canciones de Venegas, que llegó a Montevideo como parte de la gira suramericana de presentación de su más reciente disco, "Otra cosa".
La artista mexicana salió al escenario acompañada por su eficaz y talentosa banda para interpretar al piano "Amores platónicos" y luego su clásico "Limón y sal", antes de saludar al público, en su mayoría compuesto por jóvenes mujeres.
Luchando contra la difícil acústica del Palacio Peñarol, Venegas y sus músicos siguieron con otros temas sacados de su último disco, como "Despedida" y "Bien o mal", para el que hizo aparecer su célebre acordeón mientras los espectadores comenzaban a desentumecer sus huesos a golpes de palma y coreando estribillos.
Venegas aprovechó su canción "Otra cosa", que le da nombre al disco, para lanzar un guiño a los británicos The Cure interpretando parte de su canción "Lovecats".
"Algún día", "Tiempo suficiente" y "Canciones de amor" siguieron, permitiendo que el ritmo de Venegas, a veces lento como una balada pop y otras veces animado como una ranchera mexicana, penetrara en los montevideanos.
"Esta canción celebra el acto de luchar, de la lucha abierta entre el corazón y la cabeza. Hay que hacerle caso al corazón, que se equivoca más, pero a la larga es más sano", dijo Venegas para presentar su canción "Duda".
Con constantes cambios de instrumento (piano, acordeón, guitarra), la mexicana prosiguió su recital con "Lento", "Despedida" y "Si tú no estás", en la que contó con la participación del músico uruguayo Martín Buscaglia.
Ya con todo el mundo bailando y entusiasmado, Venegas arrancó la parte final del recital, en el que incluyó clásicos como "Me voy" o "Eres para mí", que por un momento transformó a los habitualmente comedidos uruguayos en una banda de alegres compadres camino de una gran fiesta.
Tras presentar a su banda, que se llevó una gran salva de aplausos, la cantante se despidió de Montevideo con un "que lindo verlos" y una promesa de regresar, antes de cerrar con "Sin documentos" y "Andar conmigo", que permitieron a sus aficionados salir a la cruda y húmeda noche con el corazón y la garganta convenientemente templados.
EFE
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