El ícono del rock subió al escenario de la explanada del Monumental e hizo un repaso por su larga lista de éxitos y algunos covers.
La deuda de casi diez años quedó finalmente saldada, minutos antes de las nueve y media de la noche Rod Stewart y su banda aparecieron sobre el escenario instalado en la explanada del Monumental.
El público todavía no se ubicaba en sus asientos cuando Rod apareció de muy buen semblante, con un pantalón y camisa negra, saco y corbata de color naranja satinado. "Love train" fue la primera canción de la noche.
Los dos primeros temas movidos dieron paso al primer momento romántico de la noche: "Tonight´s the night", cubriendo así la noche de un halo de intimidad. Las cerca de 15 mil personas que acudieron al Monumental bajaron por un segundo las revoluciones de la agitada vida de la capital.
El músico de 66 años prometió diversión "esta va a ser una fantástica noche de sábado", y no mintió cuando él y su banda comenzaron a interpretar un cover del gran Chuck Berry: "Sweet little rock and roller", un tema movido y hecho para el baile.
De la alegría pasamos a la reflexión, uno de los temas más esperados de Stewart "Forever young" comenzó a sonar, esto mientras en las tres pantallas gigantes dispuestas sobre el escenario aparecían algunas fotos del último hijo del cantante con la camiseta puesta del Celtic. Rod es fanático del fútbol y de este club escocés de primera división.
En "Rhythm of my heart", el Caballero del Imperio Británico, saludó explícitamente a nuestro país: la bandera de Perú aparecia a lo largo de la pantalla central del escenario, mientras un recuadro más pequeño mostraba el Escudo Nacional.
"The first cut is the deepest", una balada de Cat Steven se dejó escuchar y sentir por todos los asistentes. Nuevamente un momento de amor o desamor, violines y más coros para la foto de la noche.
Los coros reconocibles de "Some guys have all the luck" crearon un momento mágico, la voz de Rod, parecía sacada del mismo disco. Ya más en confianza se quitó el saco, se soltó la corbata y arremetió con "Downtown train".
La primera media hora del show había pasado, quizá más rápidamente de lo que hubiésemos querido. Aprovechando un largo solo de baterías, Rod se cambió de ropa: ahora vestía un traje color morado.
Desde los cuatro costados del recinto se escucharon las ovaciones cuando comenzaba a sonar "Have I told you lately", un tema que el cantante calificó como una de las mejores baladas de todos los tiempos; y en el fondo no mentía.
"Twistin the night away" y "Proud Mary" pasaron muy bien, la gente se divertía y en algunos lugares hasta bailaba por el buen desempeño de los músicos y las coristas que no desentonaron nunca.
Sin embargo, con "Hot legs" el show tuvo su momento más increíble. Stewart comenzó a patear balones de fútbol uno tras otro hacia el público demostrando un buen estado físico. No se cansó de patear no menos de 20 esféricos. Atrapar o no el envío, algo que quedará para la anécdota.
En la recta final del concierto, cuatro temas bastante conocidos del cantante: "Maggie May", "Da ya think im sexy", "Baby Jane" y "Sailing". Dieciocho canciones para una hora y media de show; para algunos más que suficiente, para otros no tanto.
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