Rubén Blades regresó a Lima con un show que podría ser el último en nuestro país antes de dedicarse a su carrera política, y a manera de despedida puso a bailar al auditorio del Gran Estelar.
Decir que Rubén Blades "llenó de ritmo, sabor y salsa" al Gran Estelar de la Feria del Hogar ya suena a cliché. Es lo que hace y lo que mejor le sale. Sin embargo, ver en vivo al músico panameño es también sentarse a escuchar la exquisitez de su prosa, esa misma que le valió el apelativo de "el poeta de la salsa".
Don Rubén Blades, docto como ninguno, ya pensó en colgar los micros para dedicarse de lleno a su vida política -faceta que ha sabido equilibrar con su exitoso recorrer musical- y ese era un motivo más que suficiente para darse el tremendo viaje hasta Chorrillos para verlo cantar con elegancia en el Gran Estelar de la 38° edición de la Feria del Hogar.
A las 8:00 de la noche, y luego de un preámbulo del "Saravá" Luis Delgado Aparicio, Blades hizo su aparición para interpretar directo a la vena "Camaleón" y "Decisiones", dos canciones que en una levantaron al público y lo hicieron bailar.
El ritmo de la orquesta que acompañaba al salsero se vio marcado en cada uno de los pasos que los asistentes dieron, hipnotizados por la música y las letras de don Rubén, quien hace algo más que solo cantar salsa: él cuenta historias.
"Esta es una de las últimas visitas a esta isla de la salsa antes de meterme de lleno a la política. Quiero agradecer todo su cariño, es algo que agradezco profundamente. Gracias Perú", dijo Rubén Blades para presentarse ante el público que durante una hora y cuarenta minutos cayó rendido ante él.
Con 66 años a cuestas, para Rubén los años no han dañado su voz pero sí lo han nutrido de historias, esas mismas historias que contó antes de cada canción. "Las calles" (dedicada a su madre y a su abuela), "Juan Pachanga", "El cazanguero", "Caína", "Ojos de perro azul", "El padre Antonio y el monaguillo" (que dedicó a quienes luchan por un ideal), y "Amor y control", fueron algunas de las canciones que pusieron la nota en la primera parte del show.
Sin embargo, la parte emotiva y que sorprendió a todos en el show llegó musicalizada por "Todos vuelven", original de César Miró, y en la que Blades rindió tributo al autor peruano de esta pieza que viene cantando hace 30 años, pero también a notables músicos como Oscar Avilés, Arturo "Zambo" Cavero y el recientemente fallecido Rafael Santa Cruz, de los cuales proyectó sus fotos en pantallas las mismas que fueron recibidas en sonoros aplausos.
El show ya iba llegando a la última mitad, pero los homenajes no quedaban ahí, como en sus mismas palabras "solo se muere cuando se olvida", Rubén Blades nos hizo mantener en la memoria más vivo que nunca al gran Héctor Lavoe al interpretar la canción "El Cantante", la misma que escribió para lanzar a la fama al "Flaco".
Tras dar guiños de lo que sería un posible regreso en 2015 o 2016, rendirse ante su amada Alianza Lima y conmovernos con las historias de su música, Blades cerró su breve show con una dupla de lujo: "Pedro Navaja" y "Muévete" despidieron a este genio de la salsa y de la música a nivel mundial. El Gran Estelar se dio el lujo, y si don Rubén no regresa a los escenarios, de nuestra retina jamás podrá quitarse su viva imagen declamando salsa, cantando poesía y bailando historias. Hasta una próxima, que no sea muy lejana, al maestro Rubén Blades.
Rob Reyna (@rob_core en Twitter)
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