Fue una estrella del escenario, pero también una personas sensible que regalaba su arte a los más necesitados. Así era el ´Ruiseñor del Amor´.
Hay reyes que construyen palacios y muros, que creen que la sobradez los hace más grandes: Pedrito Otiniano era un rey que vivía con su pueblo, dejaba de lado presentaciones pagadas para irse por el Rímac, El Cercado, La Victoria. Ingresaba a callejones o solares y como todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él, Pedrito cantaba para los pobres.
Fue una estrella del escenario, pero también una personas sensible que regalaba su arte a los más necesitados. Así era Pedrito Otiniano, el "Ruiseñor del Amor".
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