El experto en seguridad y narcotráfico, Jaime Antezana, afirma que ahora la población tiene la tarea de enfrentar la delincuencia.
La década del 1980 fue el “infierno” para cientos de ayacuchanos. La violencia terrorista dejó huérfanos a decenas de niños que hoy aun tratan de superar las huellas marcadas por ese terrible momento. Ahora la población tiene que enfrentar otro tipo de violencia: la delincuencia y el narcotráfico, afirma el experto en seguridad Jaime Antezana.
Los efectos del terrorismo aun se mantienen en conductas “violentas y transgresoras” que afectan a la población juvenil. “La mayoría de delitos son cometidos por jóvenes”, añade Antezana.
Los 810 policías no alcanzan para enfrentar el problema y menos los 130 serenos que existen en Huamanga. Se necesita algo más: que la población esté unida.
Sobre este tema, las organizaciones vecinales no han avanzado mucho, indica el coordinador de juntas vecinales, Edgar Gutiérrez.
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