El 23 de julio de 1941 el avión del teniente FAP José Quiñónez fue alcanzado por las balas ecuatorianas, pero en lugar de salvarse, se lanzó con avión y todo para destruirla.
En una emotiva ceremonia que contó con la presencia de las autoridades políticas, municipales y regionales, realizada en el óvalo Quiñónez, el comando del Grupo Aéreo Nº 6 de Chiclayo de la Fuerza Aérea del Perú, recordó la inmolación del héroe pimenteleño José Aberlardo Quiñónez Gonzáles.
El 23 de julio de 1941, la 41ª Escuadrilla de la Fuerza Aérea despegó desde el aeropuerto de la ciudad de Tumbes para cumplir su misión, al mando del capitán Antonio Alberti e integrada por los tenientes Fernando Paraud y José Quiñones y el alférez Manuel Rivera, a bordo de sus aviones caza North American NA-50 "Torito".
Pocos minutos después de la partida ya estaban sobre el objetivo e iniciaron el bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca, cuando el aparato XXI-41-3, pilotado por el teniente Quiñones, efectúa el descenso para lanzar sus bombas, fue alcanzado por el fuego antiaéreo ecuatoriano, pero en lugar de saltar y salvarse, Quiñones enrumbó su avión hacia el blanco ecuatoriano estrellándolo, destruyendo la batería ecuatoriana y muriendo en el acto.
El 19 de octubre de 1941 el coronel del Ejército de Ecuador Octavio Ochoa, jefe de la IV Zona Militar, entregó a nombre de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas los restos mortales del héroe peruano, pronunciando las siguientes palabras: “Entrego a la Fuerza Aérea del Perú los restos de quien supo honrar a su patria, a su pueblo y a su fuerza armada. Mi pueblo rinde homenaje al pueblo peruano, dignamente encarnado en la figura heroica de José Abelardo Quiñones Gonzáles”.
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