El ex suboficial (FAP) Julio Vargas Garayar que trabajaba en la embajada de Chile fue captado como espía. El efectivo fue fusilado en 1979 acusado de traición a la patria.
La relaciones peruano-chilenas han estado a lo largo de su historia marcadas por la Guerra del Pacífico. Y como en todo conflicto, declarado o no, siempre existió el tema del espionaje.
Ambas naciones no han estado ajenas a este hecho. La historia revela que, por ejemplo, el ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar que trabajaba en la embajada de Chile fue captado como espía.
Su función, era tomar fotografías de la base de La Joya (Arequipa). El militar fue acusado de espionaje y fusilado el 20 de enero de 1979 por traición a la patria.
El militar fue el último efectivo al que se le aplicó la pena capital, tras aprobarse la restricción.
Vargas Garayar dijo hasta el día de su muerte que era un contraespía del Servicio de Inteligencia peruano y que sólo entregaba datos "simples" a Chile.
"He arriesgado inútilmente mi vida a favor de mi patria y mi institución, a los cuales he dado valiosas informaciones, y como premio me dan 5 plomazos y la deshonra de mi nombre al ser tachado de traidor. Efectivamente, me declaré culpable, pero no informan al pueblo peruano que lo hice por medio de la tortura y que mi juicio fue fraude y burla", dijo Vargas Garayar antes de morir.
Casos de espionaje
En 2001 el embajador de Chile en Lima, Juan Pablo Lira, denunció que su sede diplomática estaba siendo "chuponeada". Las autoridades políticas de entonces, negaron los hechos.
Este año el ciudadano peruano Odar de la Cruz Muñoz fue expulsado de Chile acusado de fotografiar una base militar del país del sur.
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