El comercio ambulatorio es considerado de alto riesgo, más aún en medio de las campañas de finde año, donde se comercializa la mayor cantidad de artefactos pirotécnicos de manera informal.
El comercio ambulatorio se ha convertido en uno de los principales problemas de las gestiones municipales en las principales ciudades del país, esto debido al alto movimiento comercial registrado en las capitales regionales.
En Lambayeque, unos 4 mil comerciantes informales desalojados hace seis meses han retornado a ocupar los alrededores del Mercado Modelo de la ciudad aprovechando la crisis que padece la comuna provincial.
Al respecto, la alcaldesa interina, Elizabeth Montenegro, precisó que los miles de vendedores ambulantes no serán desalojados, por lo tanto, en lo que resta de su gestión y del año permanecerán invadiendo la vía pública.
Una situación similar se vive en Arequipa, donde se han identificado entre mil 500 a dos mil comerciantes ambulantes en las calles del Centro Histórico, según información del gerente de Servicios al Ciudadano del municipio arequipeño, Jorge Núñez.
El funcionario señaló que ante esta situación se han reforzado los controles con la policía municipal en vista de que se aproximan las campañas de fin de año.
En el distrito de José Luis Bustamante y Ribero se encuentran los principales centros de abastos de la ciudad y se habrían identificado a más de 3 mil comerciantes informales que vienen dificultando el tránsito vehicular y peatonal en esa localidad.
En Trujillo, el comercio informal no se ha podido solucionar pese a los esfuerzos que la gestión municipal ha desplegado para la reubicación de los ambulantes, que no se concretó y que va en aumento.
Son unos 3 mil vendedores ambulantes apostados en los alrededores del mercado mayorista y calles aledañas al Centro Histórico, quienes no aceptan ser reubicados argumentando que en esas zonas no hay movimiento comercial.
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