Si las condiciones meteorológicas son propicias, las autoridades podrían evacuar a 120 personas por hora y aliviar la tensión que se vive entre los turistas.
La evacuación aérea de los turistas varados en Machu Picchu por las intensas lluvias se reanudó este miércoles, por tercer día consecutivo, aunque algunos de los extranjeros contemplan la posibilidad de caminar por unas diez horas para salir de este enclave andino.
Los primeros tres helicópteros llegaron a la ciudad de Ollantaytambo, a más de 1.100 kilómetros al sureste de Lima, desde las 11.30 hora local (16.30 GMT) con los primeros turistas, entre ellos un japonés que fue trasladado en camilla.
Si las condiciones meteorológicas son propicias, las autoridades podrían evacuar a 120 personas por hora y aliviar la tensión que se vive entre los turistas varados en el pueblo de Machu Picchu, donde se cree hay entre 1.500 y 3.200 turistas.
En rueda de prensa en Lima, el primer ministro peruano, Javier Velásquez, indicó que hasta ayer se evacuaron 600 personas y que "siguen cerca de 1.500 en Aguas Calientes (antiguo nombre de Machu Picchu)".
Pero en conversación telefónica desde Machu Picchu, el argentino Nicolás Ferri manifestó a Efe que allí "se maneja una cifra de 3.200 turistas (varados)".
Ferri, de 20 años, dijo que él contempla la posibilidad de caminar por unas diez horas para llegar a la ciudad de Ollantaytambo.
"Mucha gente se ha ido (caminando)", comentó el joven, si bien admitió que teme hacer lo mismo porque se desconoce si aquellos que se han marchado a pie han llegado a salvo a su destino.
El río Urubamba ha inundado el único acceso a Machu Picchu que es la vía férrea, por lo que los turistas, principalmente ancianos, enfermos, mujeres embarazadas y familias con niños, deben ser trasladados por aire.
En Machu Picchu hay una cola inmensa de turistas que esperan ser sacados del lugar, entre ellos el argentino Eduardo Ellemberger, de 64 años, quien dijo a Efe que "por fin hoy se ordenó adecuadamente" la evacuación aérea y se espera que se abra una alternativa por tierra para sacar a los más jóvenes.
"Ha sido agotador estos días, con mucha tensión y mucha angustia", acotó Ellemberg, al explicar que el río ha crecido mucho y ha puesto en riesgo a por lo menos dos hoteles de Machu Picchu.
Los ingenieros de la empresa PeruRail tienen previsto verificar el estado de la vía férrea entre Ollantaytambo y Machu Picchu para intentar habilitar un tramo que permita la evacuación terrestre, dijo el ministro de Transporte, Enrique Cornejo, a Radio Programas del Perú.
"La habilitación de este tramo ferroviario ayudaría mucho, porque el puente aéreo se dificulta por el hecho de que los helicópteros tienen poca capacidad para el traslado de personas", precisó.
En medio de la tensa espera, ya abundan los rumores de que ayer se cobró hasta 500 dólares a los turistas para ir en los primeros vuelos, denuncias que han sido negadas rotundamente por el Gobierno peruano.
El chileno Eduardo Asfura relató a Efe desde Machu Picchu que el martes se registraron "algunos disturbios" debido a que, aparentemente, "muchos ciudadanos de EE.UU. y de otras nacionalidades estuvieron pagando para que los helicópteros (enviados por el Gobierno peruano) los sacaran prioritariamente".
Los turistas se han organizado para asegurar que se cumpla con la lista de prioridades de la evacuación y para que se vigilen los precios en Machu Picchu, donde se ha elevado el costo de los productos de primera necesidad.
El cambio del dólar "es un abuso" y "no hay dinero en el cajero automático", señaló Ferri.
El argentino, quien solo tiene 20 soles (unos 13 dólares) en el bolsillo, comentó que los que "realmente lo padecen son los que viven acá", al referirse a los lugareños, que tienen sus casas inundadas o a punto de colapsar.
Otro de los temores que ocupa las conversaciones en Machu Picchu es la presunta desaparición de tres turistas uruguayos, información que aún no ha sido confirmada oficialmente, dijo Asfura.
Algunas personas ya comenzaron a temer lo peor, pero "la situación no es para desesperarse aún", acotó el chileno, consciente de que por su edad y su estado de salud podría ser uno de los últimos en ser evacuados.
EFE
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