Marco Stephanno Fiestas, estudiante de Ingeniería Agroindustrial, explicó que este producto, hecho a base de frutos rojos y sangre de res, fue motivado por los altos índices de anemia en los niños menores de cinco años en Áncash.
Marco Stephano Fiestas es el nombre del estudiante de octavo ciclo que ha creado un helado que, además de tener un buen sabor, es útil para combatir la anemia, enfermedad que afecta a cuatro de cada 10 niños peruanos.
Este alimento, hecho a base de frutos rojos y sangre de res, fue presentado por el estudiante en la facultad de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Santa (UNS), en Chimbote, Áncash, con la idea de crear un “helado antianémico enriquecido con antioxidantes” que sea atractivo para los niños y al mismo tiempo nutritivo. Fiestas asegura que los resultados se reflejan luego de consumir este helado por 30 días.
“Casi la mitad de niños (en Áncash) padece de esta enfermedad. Así fue, entonces, que se me ocurrió esta idea de elaborar un producto rico en hierro, que es, justamente, lo que necesitan los niños que sufren de anemia. Para disimular el sabor y hacerlo agradable utilicé fresas y arándanos, además de azúcar”, explicó a Andina.
¿CUÁL ES LA RECETA?
Para la preparación de este helado se combinan cantidades proporcionadas de cuatro ingredientes: 15% de arándanos, 25% de fresas, 60% de sangre y azúcar al gusto. La sangre es pasteurizada a fuego muy bajo, se deja enfriar y luego se licúa con las frutas y el endulzante escogido. Tras colocar el contenido en vasos pequeños con palitos de chupete, se congela durante un día y medio.
El estudiante asegura que los padres que quieran preparar este helado no gastarán más de 10 soles en los ingredientes, en una preparación que rendirá para un litro, con lo que se puede obtener 15 paletas de helados.
“Ya se viene el verano y esta propuesta es barata, rica y, sobre todo, agradable. Muchos pensarán que, por tratarse de sangre, el saber puede ser fuerte, pero no es así. Los frutos rojos tienen un gusto intenso que esconde bien el sabor del hierro de la sangre. En la prueba que apliqué en el colegio Niño Jesús de Praga de Chimbote, ninguno niño se dio cuenta del ingrediente estrella. Estaban todos contentos”, cuenta el estudiante, quien planea vender este producto en el futuro.
Comparte esta noticia