Ollanta Humala se encuentra en libertad a la espera de que la Justicia decida si le abre juicio o archiva la denuncia fiscal que pide una pena de 20 años de prisión en su contra por presunto lavado de dinero
Envuelto por el mediático caso Odebrecht junto a muchos otros presidentes y altos funcionarios de Perú, Ollanta Humala (2011-2016) será el único exmandatario que busque un nuevo mandato en las próximas elecciones presidenciales de Perú, a celebrarse dentro de cinco meses, el 11 de abril de 2021.
"Soy el único expresidente que está políticamente vivo", aseguró Humala en una entrevista con Efe, donde celebró la designación del congresista Francisco Sagasti como presidente transitorio tras la crisis política producida por lo que llama un "golpe de Estado" del Congreso opositor al expresidente Martín Vizcarra.
Con Vizcarra impedido por la Constitución para ser reelegido, los demás exmandatarios están fallecidos, caso de Alan García (1985-1990 y 2006-2011); encarcelados, como Alberto Fujimori (1990-2000); arrestados, como Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), o a la espera de ser extraditados, como Alejandro Toledo (2001-2006).
Humala se encuentra en libertad a la espera de que la Justicia decida si le abre juicio o archiva la denuncia de la Fiscalía, que pide una pena de 20 años de prisión en su contra por presunto lavado de dinero en sus anteriores campañas electorales a la Presidencia de 2006 y 2011.
CINCO AÑOS INVESTIGADO
Por esa extensa investigación que ya se aproxima a los cinco años, el expresidente y su esposa, Nadine Heredia, han sufrido "todas las medidas coercitivas habidas y por haber", lo que incluye un paso de casi 10 meses por prisión preventiva, allanamientos, impedimentos de salir del país y la incautación de sus ahorros bancarios.
"Para nosotros el post-Gobierno ha sido muy duro, y todavía no acaba. Esto nos hace ver que la ausencia de justicia no permite consolidar un sistema democrático estable y creíble, porque si esto le hacen a un expresidente... ¿qué no le harán a un ciudadano de a pie?", se preguntó Humala.
"Cinco años después y aún no tenemos una sentencia. Lo que yo veo aquí es un linchamiento mediático, una persecución judicial y una hostilización política contra mi partido y mi familia", agregó.
UNA "CONDENA" SIN SENTENCIA
El líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) admitió que toda esta situación le ha causado "un daño de reputación" y también se ha convertido en "una condena adelantada" pese a que afirma tener muy clara su inocencia.
"Estamos aquí porque tenemos la seguridad de que no hemos cometido ningún delito", apostilló.
"Yo no tengo ninguna acusación por haber robado. Nos investigan porque, supuestamente, el Gobierno de Hugo Chávez nos financió la campaña de 2006, y el Partido de los Trabajadores de Brasil la de 2011, y en esa Odebrecht habría sido el 'delivery' (repartidor)", señaló.
En concreto, el exdirector en Perú de Odebrecht aseguró a fiscales del caso haber entregado a la campaña de Humala hasta 3 millones de dólares a petición del entonces presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva.
DIFÍCIL DE PROBAR LAVADO
Hasta este año, gracias a la reforma política y electoral impulsada por el Gobierno de Vizcarra, no declarar esta clase de aportes solo estaba configurado como una falta administrativa y como delito. Sin embargo, la Fiscalía trata de hallar indicios de lavado de dinero.
}"No tiene sentido. Es un contorsionismo jurídico para criminalizarnos por un supuesto aporte de campaña cuando no éramos funcionarios públicos que rechazamos tajantemente. No tienen pruebas, pero hemos llegado a esta situación porque los procesos en Perú son fáciles de abrirse y muy difíciles de cerrar", dijo Humala.
}"A los otros (expresidentes) los están denunciando por coimas (sobornos) puras y duras cuando ya eran presidentes, alcaldes, gobernadores o congresistas. A nosotros nos están denunciando cuando no éramos funcionarios públicos", recordó.
COMPLICADA CAMPAÑA POR DELANTE
Sin embargo, Humala reconoció que esta investigación será su principal hándicap en una campaña electoral que prevé mucho más complicada que las anteriores.
"Los medios de comunicación y todos los poderes del Estado nos han mezclado a todos. En esta crisis no se diferencia y nos ponen a todos en el mismo saco. Ese es nuestro principal problema en esta campaña, pero tenemos que enfrentarlo", apuntó.
Preguntado por los motivos que lo impulsan a volver a tentar la Presidencia, Humala aseguró que lo primero es "para defender" la gestión de su Gobierno que considera "abandonada" por los mandatos de Kuczynski y Vizcarra.
"Veo este quinquenio perdido. Este Gobierno ha aplicado la cultura popular de no continuar las obras de la autoridad saliente porque creen que le hacen campaña. Hemos encontrado muchos megaproyectos detenidos como el Museo Nacional de Arqueología (Muna), que todavía no lo inauguran", dijo.
También mencionó el teleférico para la ciudadela inca de Choquequirao, similar a Machu Picchu; la Línea 2 del Metro de Lima, la modernización de la refinería de Talara y el Gasoducto Sur Peruano, obra licitada a un consorcio liderado por Odebrecht donde presuntamente la empresa sobornó a funcionarios menores.
PRESUME DE EXPERIENCIA
"Con la crisis que se ha dado a nivel político, sanitario, social y económico, somos el único partido que tiene experiencia de Gobierno, y en estas condiciones no estamos para aventurarnos con gente que no tiene mayor experiencia", apuntó Humala.
"Lo he hecho bien. Si hubiera hecho lo que se ha hecho en este quinquenio... ¿Con qué cara podría presentarme?", continuó.
En ese sentido, el exgobernante recordó su apuesta por las políticas sociales con la creación del Ministerio de Inclusión y Desarrollo (Midis) y el Programa Nacional de Becas (Pronabec).
"Cuando llegué al Gobierno solo había 300 jóvenes becados, pero no por el Estado sino por embajadas extranjeras. Nosotros creamos el Pronabec y entregamos más de 100.000 becas. Este Gobierno no va a llegar a 50.000", afirmó.
Asimismo, recordó el crecimiento y estabilidad económica durante su periodo presidencial y la reducción de la pobreza de aproximadamente del 29 % al 24 % y de la extrema pobreza del 7 al 4 %.
Por eso no le asusta no pasar la valla electoral del 5 % de votos a nivel nacional, necesaria para mantener la inscripción del partido, y anticipó que en la campaña enarbolará la bandera de una nueva Constitución con una Asamblea Constituyente, "porque las reformas han terminado empantanadas en el Congreso".
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Ninguno de ellos tiene filiación partidaria, pero todos están identificados con valores democráticos y políticas públicas racionales para mejorar las condiciones de vida de nuestra población.
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