Huellas y perfil biométrico de cuerpo hallado colgado sin vida en Cusco permitirán verificar identidad del que se creía la reencarnación de Dios.
The International Police (Interpol) envió las huellas digitales de la persona encontrada sin vida en el Cusco que se presume sería “Antares de la luz”, líder de una secta chilena identificado como Ramón Castillo Gaete.
Asimismo, se informó que se ha solicitado su perfil biométrico para ratificar la identidad de quien físicamente era un músico de 35 años que se creía la reencarnación de Dios.
Fuentes de la Policía de Criminalística en la ciudad del Cusco, en el sureste de Perú, confirmaron a Efe que un equipo de investigadores salió al lugar para verificar la identidad del fallecido y comprobar si se trata del líder de la secta chilena acusado de matar a su propio hijo recién nacido.
El cadáver fue ubicado colgado del techo de una casona abandonada, conocida como la "casa embrujada", a cuatro cuadras del centro de la ciudad del Cusco.
Según la Policía de Chile, los miembros de la secta acostumbraban a consumir un alucinógeno conocido como ayahuasca, en reuniones en las que Castillo tenía relaciones sexuales con todas sus seguidoras, a las que decía que él, por ser Dios, no podía procrear y que si alguna vez eso pasaba el bebé sería el anticristo y debía morir.
De acuerdo con los antecedentes del caso, la madre del bebé -que es una de las detenidas- fue llevada el 21 de noviembre de 2012 a una clínica de la ciudad de Viña del Mar, donde dio a luz un varón, pero al día siguiente Castillo, que al parecer es el padre, se llevó al bebé y a la madre sin el consentimiento de los médicos.
El día 23 se trasladó hasta Colliguay, una pequeña localidad de la región de Valparaíso, donde ya estaba el resto de la secta, para realizar el rito que, según ellos, salvaría al mundo de su fin, previsto para el pasado 21 de diciembre.
En el ritual, dejaron caer al bebé en una caldera de dos metros de profundidad repleta de fuego y se mantuvieron en el lugar hasta el 21 de diciembre, cuando lo abandonaron tras comprobar que el mundo no se había acabado, dijo el fiscal a cargo del caso.
Comparte esta noticia