A su salida de la sede de la Dirincri de Miraflores, Gino Dávila reiteró su arrepentimiento por los hechos por los cuales ha sido intervenido.
En medio de estrictas medidas de seguridad el taxista Guillermo Gino Dávila Mendoza, el llamado "loco del desarmador", fue trasladado a la sede del Ministerio Público
Junto a Dávila Mendoza, quien fue trasladado a bordo de un vehículo de la Policía Nacional, también fueron llevadas las pertenencias de sus víctimas para las investigaciones correspondientes.
A su salida de la sede de la Dirincri de Miraflores, Gino Dávila reiteró su arrepentimiento por los hechos por los cuales ha sido intervenido.
De igual manera, señaló que su intención nunca fue la de causar daño a las mujeres a las que asalto.
Como se recuerda, Guillermo Gino Dávila Mendoza, el llamado "loco del desarmador", de 27 años, fue intervenido por la Policía Nacional en la cuadra 4 de la avenida Raúl Ferrero, cuando estaba al volante de su automóvil de placa TGU-004, que de color guinda pasó a ser negro al saberse identificado y buscado por las autoridades.
El detenido confesó que cometía sus delitos porque estaba enamorado y el dinero no le alcanzaba para satisfacer los caprichos de su exigente enamorada. Además indicó que empleaba el desarmador para defenderse de sus victimas.
Junto a Dávila Mendoza, quien fue trasladado a bordo de un vehículo de la Policía Nacional, también fueron llevadas las pertenencias de sus víctimas para las investigaciones correspondientes.
A su salida de la sede de la Dirincri de Miraflores, Gino Dávila reiteró su arrepentimiento por los hechos por los cuales ha sido intervenido.
De igual manera, señaló que su intención nunca fue la de causar daño a las mujeres a las que asalto.
Como se recuerda, Guillermo Gino Dávila Mendoza, el llamado "loco del desarmador", de 27 años, fue intervenido por la Policía Nacional en la cuadra 4 de la avenida Raúl Ferrero, cuando estaba al volante de su automóvil de placa TGU-004, que de color guinda pasó a ser negro al saberse identificado y buscado por las autoridades.
El detenido confesó que cometía sus delitos porque estaba enamorado y el dinero no le alcanzaba para satisfacer los caprichos de su exigente enamorada. Además indicó que empleaba el desarmador para defenderse de sus victimas.
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