Ambos le ponen el toque del sabor a la fiesta de la santa patrona que este año se celebra del 4 al 11 de octubre.
En algunos lugares de la región Áncash, la fe y devoción de un pueblo no solo se manifiesta con concurridas procesiones, cantos y oraciones, sino también con el arte culinario. Sí, con platos típicamente preparados para homenajear al santo patrón o a la santa patrona.
Uno de ellos es la provincia ancashina de Ocros, donde sus habitantes, principalmente mayordomos y funcionarios esperan cada año para festejar de la mejor manera y con la mejor comida a la Santísima Virgen del Rosario.
Podríamos decir que el toque del sabor de la fiesta patronal lo ponen dos tradicionales potajes: el jacrarocro y el caldo de escabeche.
El primero es como la riquísima carapulcra, pero en lugar de pollo le colocan una presa de cuy; mientras que el segundo es elaborado a base de escabeche molido, aceituna, azúcar, chicha de manzana y carne de res. Ambos provocan chuparse los dedos.
Francisco Espinoza Montesinos, alcalde de la Municipalidad Provincial de Ocros, refiere que además de estos dos potajes, durante los días de fiesta también se preparan otros cinco que son bastante conocidos como el picante de cuy, la papa a la huancaína, el seco de ternera y el mondonguito.
¿Y para tomar?, preguntamos. Nada más y nada menos que la conocida chicha de jora y la deliciosa chicha de maní, responde el burgomaestre.
Los platillos son elaborados por los funcionarios de la fiesta y se reparten gratuitamente durante los días de celebración, que este año se realiza del 4 al 11 de octubre. Es decir, los devotos no solo se llenan de espíritu y de fe, sino también de alimentos.
La procesión de la Virgen del Rosarios se realiza por la Plaza de Armas y las principales calles de la ciudad. Cada paso es marcado por los caballos de paso y la banda de músicos que con sus melodías hace del momento algo muy especial.
Sin embargo, la recreción de la captura del inca una hora antes de culminar la peregrinación es un acto peculiar que llama la atención de propios y extraños.
Al término de la celebración religiosa, los pobladores de Ocros sacan chispas con la banda orquesta que anima el baile social.
En Ocros te puedes contagiar del fervor religioso y disfrutar de su exquisita gastronomía.
Por: Yanet Reyes
Lea más noticias de la región Áncash
Comparte esta noticia