El ejecutivo Dionisio Romero Paoletti señaló que, a la fecha, la Fundación Romero ha otorgado 2 millones de becas "de todo tipo".
El ejecutivo Dionisio Romero Paoletti se pronunció sobre su salida del Directorio del Grupo Romero, que se concretará el 31 de diciembre de este año. El empresario explicó que su retiro, junto con otros miembros, es parte de un "rasgo cultural" del grupo y la familia que busca ceder la "responsabilidad a las nuevas generaciones mientras todavía son jóvenes".
En una entrevista en el programa Las cosas como son, de RPP TV, señaló que su sobrino, Manuel Romero Valdez —ingeniero mecánico y economista por el Massachusetts Institute of Technology (MIT)—, asumirá su puesto.
Romero Paoletti señaló que, desde 2001, la Fundación Romero, del cual es presidente, buscó "imprimir una visión diferente", cuyo objetivo principal es "dar oportunidades a jóvenes y adultos", reflejando las que tuvo el bisabuelo de la familia, quien llegó al Perú en 1888.
El ejecutivo enfatizó que la mejor forma de ayudar es mediante la educación, ya que esta "realmente es la oportunidad que abre puertas". Detalló que, a la fecha, la fundación ha otorgado 2 millones de becas "de todo tipo", incluyendo becas generales, y en diferentes idiomas como quechua y aimara, además de programas para adultos mayores y minorías.
Indicó que uno de los proyectos más recientes y ambiciosos que han llevado a cabo este año es un programa de capacitación junto con el Ministerio de Educación (Minedu) y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), dirigido a docentes de colegios públicos. Este programa se traduce en 250 000 becas, de las cuales 47 000 maestros "ya están tomando cursos".
Romero Paoletti contó que, si bien siempre encuentra "buena disposición" en el Estado, la continuidad de los proyectos se dificulta debido al alto cambio de ministros o viceministro.
Por otro lado, destacó la capacidad de la fundación de tener respuestas rápidas ante crisis. Al respecto, expresó que, durante la pandemia de la COVID-19, utilizaron los aviones de la aerolínea privada ADSA para trasladar médicos contagiados o pacientes complicados a Lima.
"Nos dimos cuenta de que lo importante en una emergencia o catástrofe es llegar temprano", remarcó.