Ruth Shady, directora del proyecto Caral, indicó que con el reconocimiento otorgado por la UNESCO crecerá el flujo turístico en la zona.
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe (Perú), el centro de civilización más antiguo de toda América, fue declarada ayer como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en mérito a su "valor universal excepcional".
La arqueóloga Ruth Shady, directora del proyecto Caral conversó con RPP desde Sevilla, España desde donde hizo un llamado a los peruanos para que "podamos, en base a la reflexión y evaluación, mejorar nuestro presente y tener al patrimonio cultural muy en cuenta para poder trazar vías de desarrollo".
Shady señaló que el proceso para lograr el reconocimiento fue arduo, pues incluso se perdió el expediente que iban a presentar hace cinco años ante la UNESCO, por lo que tuvieron que elaborar otro añadiendo algunos cambios.
"El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO evaluó un informe presentado tras una evolución para constatar lo que señalamos en el expediente y los 21 países que lo conforman dijeron que Caral sí cumplía como los valores universales que se reclaman y decidieron la nominación que era el resultado que buscamos a lo largo de estos 15 años de trabajos", relató la también profesora de la UNMSM.
Añadió que el Centro de Patrimonio Mundial ha dado la recomendación de que el Estado peruano continúe con el apoyo que le brinda a la civilización más antigua del continente americano y si es posible que se aumente y que se ponga atención al paisaje que lo rodea.
Ante esto Shady indicó que se debe trabajar en este punto para que no suceda lo mismo que en Machu Picchu tras el desarrollo que ha tenido la ciudad de Aguas Calientes. "Necesitamos evitar el desorden porque lo primero que va a venir es un desarrollo turístico. Hemos remitido a los alcaldes de la localidad, provincia y al presidente de la región esta preocupación para que se haga un trabajo de acondicionamiento territorial", indicó.
Esto quiere decir que se debe fomentar entre la población el cómo usar el suelo y que los centros poblados sepan hasta dónde pueden crecer, además de una regulación en las actividades agrícolas para que no se usen grandes cantidades de productos químico para poder preservar la ciudadela, concluyó.
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