Andrea Cedrón y Benoit ´Piccolo´ Clemente son dos deportistas trujillanos con una actitud ganadora en la natación y el surf.
El inicio de los XVII Juegos Deportivos Bolivarianos generó en miles de trujillanos la sensación máxima que experimenta cualquier deportista cuando consigue un triunfo.
Natalia Málaga, quien no necesita de mayores presentaciones, recibió la antorcha bolivariana de manos de Juan Caballero Lora, considerado un deportista ejemplar trujillano en la década de los ochenta.
Conmovida, la medallista olímpica encendió el pebetero de estos juegos el sábado 16 de noviembre, día que formará parte de la rica historia de Trujillo, capital de la región La Libertad.
Curiosamente el hecho se dio en el escenario que lleva por nombre de estadio Chan Chan, edificado sobre lo que fue el Complejo Chicago y lugar que acogió a millares de niños, jóvenes y adultos; del cual fui testigo por la cercanía al sitio en que vivo.
El polvo del antiguo Chicago, los eucaliptos que rodeaban y los campeonatos de pelota de trapo quedaron atrás y hoy este escenario ya forma parte de la infraestructura deportiva trujillana.
Ha pasado una semana de las competencias en la sede principal de Trujillo y en las subsedes de Chiclayo y Lima. Ciertamente estamos lejos de alcanzar la hegemonía venezolana o el impulso colombiano en el deporte; sin embargo queda el ejemplo a seguir, no depende de los deportistas sino de las políticas deportivas de las autoridades actuales.
Trujillo una ciudad emergente, pujante, luchadora y de arraigado orgullo en quienes conocen el origen de esta tierra, tiene sus problemas y la inseguridad es nuestro talón de Aquiles, un punto débil que debemos superar.
El deporte nos da una oportunidad de conseguir héroes deportivos y los Juegos Olímpicos los generan; por ello los Juegos Bolivarianos también tiene que ser así.
Terminará la semana y ya tenemos dos héroes deportivos: Andrea Cedrón Rodríguez y Benoit “Piccolo” Clemente, trujillanos que curiosamente utilizan el agua para sus triunfos en natación y surf.
Necesitamos una lavada de rostro y es el momento de la unidad, así sea iluso pensarlo, es una oportunidad para requerir de nuestras autoridades de turno, José Murgia y César Acuña, el impulso del deporte no como batalla política sino como un medio para contrarrestar el accionar delictivo tanto en Trujillo como en la región La Libertad.
Tenemos dos héroes deportivos trujillanos del siglo XXI y es motivo de orgullo. Gracias Piccolo y Andrea, sus triunfos forman ya parte del legado histórico de Trujillo.
Por: Davinton Castillo
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