En la región Junín, el agua se personifica en los nevados y lagunas, que son fuentes de vida. Por ello, cada año se realizan ceremonias de agradecimiento a este líquido elemento.
El agua es el recurso más importante para comprender nuestro paisaje, ecosistema e idiosincrasia de los pueblos de la región Junín, por ello se personifica en los nevados, apus dadores de vida.
En las zonas rurales, el agua permite rescatar y reutilizar los andenes y terrazas agrícolas, así como incentivar los cultivos con técnicas ancestrales para lograr productos que protejan la agrodiversidad.
No olvidemos que el agua brinda identidad de paisaje y cultura de adaptación y armonía con el entorno, menciona la reconocida arqueóloga María Dianderas, quien además señala que en el Valle del Mantaro, los campesinos y pastores, en señal de reciprocidad a las bondades del agua, realizan ceremonias de agradecimientos (ofrendas) a las lagunas y nevados.
En estos ritos los layas y sacerdotes andinos ofrecen a los nevados y lagunas los mejores alimentos de la tierra; además de velas, flores, frutas, dulces, licores, coca y cigarros, los mismos que son enterrados en lugares especiales. Ellos invocan por algún beneficio o agradecimiento.
Un ejemplo claro es cuando no hay lluvias y esto ocasiona sequía, poca producción agrícola y los animalitos mueren porque no hay pasto, motivo por el cual nuestros hermanos del campo lloran y se desesperan, buscando culpables, y se aferran a creencias religiosas como un castigo de Dios. Entonces recuerdan a sus antepasados de cómo agradecían al agua y van en busca del sacerdote andino (laya) para realizar la ceremonia de agradecimiento al agua.
El pasado 21 de marzo, con motivo del Día Mundial de Agua, diferentes autoridades políticas, locales y regionales; así como escolares, visitantes y demás pobladores se trasladaron hasta las alturas del distrito de Ricrán, en la provincia de Jauja, donde se realizó una ceremonia de agradecimiento a las lagunas de Janchiscocha, dirigido por una mujer sacerdotisa llamada “Sol de la Tierra”.
El alcalde de Ricrán, Valerio Julcarima, dijo que la ceremonia se realizó para agradecer la existencia de las 70 lagunas que, parte de ellas, proveen de agua para el consumo humano y campos de cultivo para las provincias de Tarma y Chanchamayo.
“El agua en la cosmovisión andina no es un elemento líquido sino un ser vivo; es nuestra sangre, nuestras células. Las fuentes de agua son las venas de la tierra que nacen en los nevados, en las lagunas, por eso se debe cuidar”, nos señala Patricia Olivera, sacerdotisa de la ceremonia al agua.
En Junín podemos mencionar a los nevados y lagunas más importantes:
Nevado Lasuntay Norte a 5700 m.s.n.m., es el pico más alto del Huaytapallana, visible desde la ciudad de Huancayo.
Nevado Chuspi a 5462 m.s.n.m. que significa donde abundan los mosquitos.
Nevado Puihuan a 5120 m.s.n.m., significa abundancia de neblina.
Nevado Tello a 5300 m.s.n.m., nombre en honor al arqueólogo Julio C. Tello.
Nevado Pacaco a 4900 m.s.n.m, significa lugar donde abundan las alpacas.
Nevado Panchamaco a 4950 m.s.n.m., que significa tierra lodosa.
En cuanto a lagunas tenemos:
Laguna Huacracocha que tiene la forma de cuerno.
Laguna Chuho, una laguna deforme.
Laguna Morococha o laguna Murush, jaspeado.
Laguna Pacaco, donde abundan las alpacas.
Laguna Pucacocha conocida como Laguna Roja.
Laguna Pomacocha o laguna de los pumas
Por: Lizzet Paz
Lea más noticias de la región Junín
Comparte esta noticia