Los asistentes disfrutaron de bebidas y comidas típicas, al compás de la música autóctona que les gustaba en vida a sus familiares.
Desde tempranas horas, numerosas personas visitaron los cementerios de Andahuaylas, Talavera y San Jerónimo, ciudades comprendidas en el Valle del Chumbao (región Apurímac), llevando flores a la tumba de sus seres queridos.
Durante el día, los asistentes disfrutaron de bebidas y comidas típicas, al compás de la música autóctona que les gustaba en vida a sus familiares.
En las inmediaciones de los templos y de los camposantos se vendieron toda clase de flores, algunos a precios muy elevados.
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