El personal médico del puesto de salud del barrio Samana Cruz intentó reanimar al menor, pero este no respondió porque tenía un hueso de pollo atorado en la garganta.
Alarmados y desesperados, Salatiel Malca Mendoza y Hermelinda Huamán Pérez llevaron a su hijo, de un año y diez meses, hasta el puesto de salud del barrio Samana Cruz, el menor presentaba un color amoratado en el rostro, puesto que se había atragantado con un hueso de pollo.
El personal médico de inmediato realizó las prácticas de reanimación e hicieron todo el esfuerzo posible, pero el menor no resistió y falleció, dado que ya había dejado de respirar.
Los padres al recibir la infortunada noticia, rompieron en un desconsolador llanto e indicaban que no entendían cómo pudo atragantarse con el pollo, si en todo momento estaban pendientes de él.
El representante del Ministerio Público se trasladó hasta el puesto de salud y luego de constatar el deceso del menor dispuso el levantamiento del cadáver y su traslado a la morgue central para la necropsia respectiva.
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