Los infractores se encerraron en el local para evitar ser intervenidos, pero finalmente fueron fichados y multados. La reunión se realizaba en un local de comida selvática que no tenía licencia de funcionamiento.
Más de 300 personas fueron intervenidas esta madrugada por participar en una fiesta clandestina en pleno toque de queda, desacatando las restricciones impuestas durante la pandemia de la COVID-19.
Los infractores estaban reunidos en el local de comida selvática Yacumama, ubicado en la cuadra 28 de la avenida Tomás Valle, en el Callao.
Un contingente de agentes del Serenazgo, alertado por esta reunión clandestina, acudió a intervenir a los infractores.
Al notar la presencia de las autoridades, muchos de los participantes de la fiesta intentaron huir y otros se encerraron en el local, a fin de evitar la acción de la justicia. Sin embargo, finalmente, fueron fichados y multados.
Sin protocolos
La fiesta clandestina se realizaba sin cumplir los mínimos protocolos de bioseguridad ante la COVID-19. Los infractores estaban aglomerados y prácticamente ninguno portaba mascarillas. El lugar definitivamente era un foco de contagio del mal.
Los participantes de la fiesta increparon a la autoridad y rechazaron las prohibiciones impuestas, pese a que la cifra de contagios está nuevamente en alza y el país se prepara para afrontar una posible tercera ola de la pandemia.
El local fue multado con 2 UIT (unidades impositivas tributarias) por no contar con la debida licencia de funcionamiento.
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