En 1967 la masa glaciar en el nevado era de 35 km2, incluso otros datos estimaban 50 km2, lo cierto es que en la actualidad solo hay 11 km2, según datos del IGP.
"Al pisar el Huaytapallana es difícil creer que aquel gigantesco nevado está en proceso de desaparición. Su imponencia aplasta al visitante desde el mismo momento en que uno se acerca y siente en el rostro el golpeteo de su aliento helado", escribió Juan Carlos Suárez en un informe que publicó en 2012 en la web de RPP. Cuatro años después decidimos visitar este glaciar. Después de casi tres horas de caminata, frío intenso y viento que hace doler la cabeza, llegamos a sus faldas donde observamos cómo en lo alto de las montañas el cielo se torna de un color azul intenso mezclado con las nubes que parecen copos de algodón. Sin embargo, más allá, a los alrededores, al pie de los cerros, donde queda poco hielo, se aprecia el retroceso que está sufriendo el Huaytapallana. Se trata de los efectos que está provocando el cambio climático. Debido a este fenómeno, Huancayo corre el riesgo de quedar desabastecido de agua.
En los últimos 50 años, el clima ha variado de una manera alarmante. Según el informe Bajemos la temperatura del Banco Mundial, publicado en noviembre de 2014, el calentamiento global afectará directamente a las capas de hielo del planeta; y en el peor escenario, el 77% de la masa glaciar en Perú y Bolivia habrá desaparecido para el fin de este siglo. En nuestro país, específicamente en la región Junín, los efectos del cambio climático se hacen sentir hace algunos años, no solo por la radiación ultravioleta, donde se alcanzó niveles extremos (14 y 15), sino por el deshielo del nevado Huaytapallana, ubicado entre las provincias de Huancayo y Concepción.
Según la publicación Riesgos de escasez de agua en la ciudad de Huancayo al año 2030, la demanda de agua será mayor por el crecimiento poblacional que llegará a 429,100 habitantes que requerirán un volumen de 25,8 millones de metros cúbicos, superando a la oferta en 45%. La población afectada será un 33.7%, unos 152,432 ciudadanos.
La leyenda del gigante
Huaytapallana proviene de los términos quechuas wayta y pállay, y significa “lugar donde se recogen flores”. Tiene una extensión de 22,406.5 hectáreas y su pico más alto es el Lasuntay que llega a los 5,557 metros sobre el nivel del mar.
Para llegar al nevado, se debe programar la visita con un día de anticipación en una de las agencias turísticas ubicadas en el centro de Huancayo. La combi sale 9 de la mañana con un chofer que también hace de guía. La ruta al inicio es pavimentada, pero en pocos kilómetros se convierte en un camino de tierra y se recomienda tomar una pastilla contra el soroche para evitar el mal de altura. El recorrido dura una hora y media en coche, con dos paradas: la primera para comprar en una tienda hojas y agua de coca, caramelos y frutas. La otra para separar el almuerzo para el regreso. En el trayecto se pasa por las comunidades de Palián, Vilcacoto, Chamisería y Acopalca, hasta el punto de inicio de la caminata.
El ascenso no es fácil y todos necesitan ayudarse con las manos para apoyarse en las piedras. Si uno se cansa rápido, los guías recomiendan armar la ‘apacheta’. Se trata de una torre de piedras colocadas una sobre otra. Dice que ahí quedará atrapado el agotamiento y el caminante tendrá nuevas energías para seguir el camino.
A pocos kilómetros de haber iniciado el recorrido se hace el Pagapu, el pago a la Madre Tierra. El guía aprovecha para contar la leyenda sobre el origen del Huaytapallana, mientras sirve el ‘quemadito’, bebida caliente preparada con aguardiente y azúcar quemada para contrarrestar el frío. Dicen que en el nevado habitan dos dioses tutelares wankas: Pariacaca y Wallallo Carhuancho, enfrentados por el amor de sus hijos. Huaytapallana, la hija de Wallallo Carhuancho, fue engañada por el hijo de Pariacaca. En represalia, el divino padre de la joven lo mató. Pariacaca no soportó la pérdida de su hijo y la ahogó en la laguna Carhuacocha. Se desató entonces una guerra sangrienta, pero ambos fueron castigados por el dios Wiracocha, que los encerró bajo el hielo del nevado sobre las montañas de Huancayo y Huarochirí. Cuando desaparezca el Huaytapallana, los dos dioses quedarán libres y retomarán su lucha.
Cada vez menos blanco
El último tramo del ascenso tiene partes lodosas. Cerca al nevado se observa cómo el calentamiento global ha hecho retroceder este glaciar. La llegada es cinco horas después de la partida desde Huancayo. Al estar al pie del Huaytapallana se siente su imponencia y no cabe en la cabeza que esté desapareciendo. Pero si uno se queda por algunos segundos en silencio, puede escuchar cómo el hielo se derrite y empieza a caer por algún riachuelo que se formó debajo de la nieve que aún queda.
El ingeniero Jacinto Arroyo, investigador del Instituto Geofísico del Perú (IGP), comenta que según los estudios, la masa glaciar ha retrocedido. “Desde 1967 existen reportes que en esos años había 35 km2, incluso otros datos señalan de 50 km2, pero en la actualidad solo hay 11 km2”. Explica que hay tres fenómenos que contribuyen a esta desaparición. Primero, el calentamiento global. Desde 1960, el aumento en 0.5 grados centígrados de la temperatura en la Tierra ha provocado este proceso. Segundo, el efecto antrópico. Debido a que el ser humano realiza sus actividades culturales en el glaciar, destruye su primera capa, que es la nieve, y lo deja expuesto, acelerando la deglaciación. Tercero, las condiciones atmosféricas. Las masas de aire cálido que llevan aerosoles e impactan en el glaciar, hace que esas sales aumenten la pérdida de hielo.
A la deglaciación generada por el cambio climático, se suma la falta de compromiso de las personas que lo visitan. A pesar de haber un letrero que prohíbe el ingreso al nevado, a lo lejos un grupo de jóvenes escala el Huaytapallana. No solo eso, juegan resbalándose por la nieve sobre bolsas de plástico. Varios de ellos, antes de subir, habían dejado basura tirada. Quizás no son conscientes de que están ayudando a desaparecer el nevado.
La crisis hídrica
Huancayo es abastecida por dos fuentes de agua: los glaciares del nevado Huaytapallana (70%) y las aguas subterráneas (30%). “La pérdida de masa glaciar hace que el flujo de agua disminuya y la población de Huancayo, que crece, demande más agua”, dice Arroyo.
Según el Plan de Desarrollo Regional Concertado (PDRC) Junín al 2050, “solo el Huaytapallana registra una pérdida de 5.2 km de superficie glaciar durante los últimos 25 años, que afectarán las lagunas ubicadas a su alrededor y la disponibilidad de agua de las cuencas que dependen de dichos deshielos; asimismo, las variaciones en la temperatura afectan los ecosistemas, las actividades agrícolas, la agrobiodiversidad y las condiciones de vulnerabilidad y vida de la población”. Este estudio de 7 años realizado por el IGP fue publicado en 2010 bajo el título Cambio climático en la cuenca del río Mantaro.
Algunas instituciones trabajan en soluciones. Julio Jesús Salazar, coordinador del Proyecto Territorios Climáticamente Inteligentes del CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza) de Costa Rica, dice que una solución es un sistema que regula el aprovisionamiento del agua. “Basado en estas ideas es que trabajamos los perfiles para acomodar todos los sistemas, especialmente bofedales, para retener el agua mediante cobertura vegetal, forestación y reforestación, zanjas de filtración y otras obras. Retener mayor cantidad de agua producto del nevado y también de la precipitación”.
Fredy Valencia, gerente regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, del Gobierno Regional de Junín, cuenta que ante el cambio climático trabaja en la recuperación de los servicios ecosistémicos. “Se está trabajando el tema de agua para el futuro con financiamiento hídrico de la subcuenca del río Shullcas. Aquí se hará una represa gigante que va a almacenar toda esa agua gracias a la lluvia que cae y se pierde en todo el curso. Eso se captura, hace el embalse y retiene el agua".
Lucha para evitar el derretimiento
Para mitigar las consecuencias del cambio climático en el nevado, el año 2014 el Gobierno Regional Junín presentó el plan maestro del Área de Conservación Regional (ACR) Huaytapallana. Su objetivo es proteger y conservar la biodiversidad biológica y paisajística de la zona. Este documento fue elaborado para la planificación y gestión de los próximos 5 años. Hay otros diez proyectos que se ejecutarán en la zona. Uno de ellos es el programa de Territorios Climáticamente Inteligentes, que “busca reinventar la forma en la que el individuo se relaciona con su entorno. El poder de la acción colectiva en cada territorio donde cada actor, guiado por una visión común, aporta a la conservación, al manejo o a la restauración de este espacio”, explica Julio Salazar, del CATIE, que trabaja conjuntamente con el Gobierno Regional de Junín.
El ACR Huaytapallana abarca los distritos de Huancayo, El Tambo, Quilcas y Pariahuanca, en la provincia de Huancayo; y el distrito de Comas, en Concepción. En sus alrededores existen cinco comunidades campesinas: Quilcas, Racracalla, Marancocha Aychana, Llacsapirca y Acopalca.
El Ministerio del Ambiente en julio de 2009 alertó sobre este problema en el estudio Cambio Climático y desarrollo sostenible en el Perú. “Los glaciares peruanos, ubicados en los Andes, ocupan una superficie de 2,042 kilómetros cuadrados, que representan el 77% de los glaciares tropicales del mundo. En los últimos años se ha perdido un 22% de ellos y se estima que para el año 2020, por efecto del calentamiento global, todos los glaciares debajo de los 5 mil metros estarán en riesgo de desaparecer”.
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