Comerciantes ofrecen de manera virtual artículos creativos pero necesarios para evitar el contagio de la COVID-19.
Protectores para zapatos, mascarillas de diversos colores y tamaños, gorros con carillas, máscaras acrílicas, mamelucos y hasta una estructura que evita el contacto entre el taxista y los pasajeros. Hasta hace tres meses, estos artículos no eran necesarios ni urgentes; sin embargo, debido a la pandemia del nuevo coronavirus, una serie de artículos de protección han salido a la luz y ahora son de uso diario de los trujillanos.
Todo estos productos -y muchos más-, desde hace unas semanas, han empezado a llenar las plataformas virtuales de ventas en las ciudades del norte del país y, por supuesto, de Trujillo. Una ventana emergente y atractiva en estos tiempos de aislamiento social.
Tras el cierre de los diversos negocios no esenciales, los comerciantes han tenido que hacer uso del famoso "ingenio peruano" para sobrellevar la pandemia. Así han detectado un nuevo nicho que ahora atienden y satisfacen las demandas de los ciudadanos que buscan protegerse del contagio de la COVID-19.
Los precios son variados. Coloridas mascarillas a 7 soles, pediluvios (bandejas para desinfectar el calzado) a 45 soles y separadores de asientos que superan los 120, es la variada oferta a la que se puede acceder con solo un clic de distancia.
Para respetar la orden del Gobierno, los vendedores -a quienes se les puede contactar por aplicaciones móviles como Whatsapp o Messenger- citan a los usuarios en determinados puntos de la ciudad y se produce la transacción. El pago puede ser por depósito bancario y a contraentrega.
De la decoración infantil a mascarillas
Yudi Ulloa Orbegoso es una clara muestra de adaptación en tiempos difíciles. Es una joven emprendedora que pasó de realizar decoraciones para fiestas de cumpleaños y reuniones sociales, a vender mascarillas reutilizables con diseño personalizado para adultos y niños.
Por temor al contagio, asegura que no sale a vender y que, por ahora, solo fabrica las mascarillas a pedido. Con 25 años y siendo madre de familia, no descarta ampliar sus productos y su negocio virtual con el cual solventa, junto a su esposo, la economía familiar.
"Algunos proveedores se aprovechan, sobre todo los que cuentan con las máquinas de impresión, también pagamos el servicio de costura pero aún así, el producto se vende", señala.
El "despertar" de una pasión
En tiempos de coronavirus, los comerciantes no solo están aprovechando una oportunidad, sino también descubren la pasión que tienen pero que, por conformarse con un trabajo estable, ha estado "dormida" por muchos años.
Eso es lo que señala Nathaly Reyes Carrasco, coach ontológica con especialización en proceso transformacional. Indica que el aislamiento social y la necesidad de emprender generan en el individuo el reflejo de buscar sus capacidades y crear un producto, además de útil, diferente del resto y que nace de un gusto interior.
"Hay un factor muy importante con el que vamos a salir, que funciona y debió funcionar siempre: Mano a mano, hombro con hombro, una alianza, busco un socio, un equipo. En equipo las ideas nacen y así es como vamos a salir de esto", enfatiza.
Adaptar, transformar y avanzar
Emprender en plena pandemia es una acción arriesgada. El recorte de ingresos por el despido de trabajadores, cierre de fábricas masivas y empresas que cayeron en quiebra no permite a las familias tener la economía de hace unos meses.
Sin embargo, con la creatividad y, sobre todo, sin perder el sentido de protección y salud, los emprendedores han encontrado formas de atraer a su público y asegurar un ingreso diario para los suyos. No hay duda que, si se lo proponen, los peruanos podrían dominar el mundo... de los negocios.
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