Este es uno de los problemas que más queja en Trujillo y que la nueva gestión municipal tendrá que afrontar con eficacia para no poner en riesgo la salud pública.
Bajo un intenso calor, con una temperatura que alcanza los 22 grados, la basura, las moscas y los malos olores son la peor cara que ofrece una ciudad, donde los pestones que viven cansados de reclamar por la salud pública tienen que sortear los residuos y retener la respiración para no caer sumidos en la podredumbre.
Frutas podridas, cartones, papeles, esponjas, orines, tallos, bolsas, botellas reinan en los alrededores de uno de los mercados más importantes de Trujillo, La Hermelinda, que alberga a más de 2 mil comerciantes.
Pobladores sostienen que esta realidad continúa ante la vista y paciencia de las autoridades que no hacen nada o hacen poco por frenarla.
Muchos consideran que la insalubridad, uno de los problemas que más queja a la ciudad de Trujillo, debe ser afrontado con eficacia por la nueva gestión municipal. "No queremos palabras, porque estas se las lleva el viento, exigimos compromiso", alcanza a decir un ciudadano mortificado.
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