Ambos tomaron esta fatal decisión, de manera independiente, por problemas familiares.
Aparentemente aturdidos por problemas familias, una madre y un padre de familia se quitaron la vida ingiriendo insecticida para papas al interior de sus viviendas en el distrito de Marcabal, en la provincia liberteña de Sánchez Carrión.
El primer caso es de Martina Cárdenas Anticona, de 39 años, quien residía en el caserío Cushuro. Aprovechó la madrugada para ingerir el veneno; horas antes había discutido con su esposo. Cuando sus familiares la hallaron, la llevaron al centro de salud de Agocaz, pero llegó cadáver.
La mujer deja cuatro hijos de 18, 16, 15 y 13 años. Su cuerpo fue trasladado a Trujillo para que se le practique la necropsia de ley.
El segundo caso es de Marcelo Ramírez, de 48 años, quien vivía en el caserío Chungalmajada. Antes de suicidarse, había discutido con su familia. Deja una viuda e hijos en la orfandad.
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