En el marco de la campaña "Ciudades con futuro", biólogo Carlos Bocanegra aseguró que debido a la pandemia hubo una mejora en la calidad del aire. "La atmósfera también se limpió debido a que cesó la producción, sobre todo de empresas y fábricas que usan combustible; igualmente, porque el parque automotor dejó de funcionar", indicó.
Una importante disminución de la contaminación ambiental experimentó la ciudad de Trujillo durante los meses de cuarentena por la pandemia del nuevo coronavirus, aseguró el biólogo y ambientalista Carlos Bocanegra García, en el marco de la campaña "Ciudades con futuro", promovida por el Grupo RPP.
"Lo más importante fue la mejora en la calidad del aire y la atmósfera también se limpió debido a que cesó la producción, sobre todo de empresas y fábricas que usan combustible. Igualmente, porque el parque automotor dejó de funcionar. Asimismo, se notó una recuperación de las aguas de los ríos y del litoral marino", indicó en diálogo con la Rotativa del Aire, edición Trujillo.
Sin embargo, el especialista afirmó que existe también un aspecto negativo relacionado al manejo de los residuos sólidos. “Es cierto que dejó de producirse (residuos) en los restaurantes y centros de recreación, pero faltó una estrategia para manejar los residuos hospitalarios y los residuos de los servicios de delivery”, afirmó.
Hubo -según agregó- un uso excesivo de los plásticos y los tapers, lo que no refleja "armonía" con el ambiente. Esta situación provoca que en la ciudad se observen restos de desperdicios arrojados en las pistas y parques.
Bocanegra destacó la importancia de la campaña "Ciudades con futuro" porque apunta al fortalecimiento de la calidad de la ciudad y esto influye decisivamente en la calidad de vida de las personas. “Mientras más estrategias para los cuidados de la ciudad existan, más cuidados estaremos nosotros los ciudadanos”, señaló.
Indicó que es "imprescindible" un aprendizaje social para seleccionar los residuos de manera ordenada. Además, normas existen, pero las autoridades deben ser mucho más exigentes y esto pasa por el nivel de educación ciudadana. “Si somos más educados va a haber un menor impacto de la contaminación”, insistió.
Respecto al parque automotor, dijo que la pandemia nos ha permitido ver que el tránsito dejó de emitir los gases de combustión y esto ha permitido que disminuyan las enfermedades respiratorias porque ya no se carga la atmosfera de gases tóxicos.
“Si es bien cierto que el parque automotor se ha ido renovando desde el año 2000, todavía hay un sector fuerte de vehículos que contamina, porque muchas unidades, principalmente los micros, no tienen tubos de escape de gases; sin embargo, el problema se agudiza cuando hay congestión vehicular. Y todo esto ocurre porque no hay planificación”, puntualizó.
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