Restos de primer grado de sangre del Santo Padre llegaron tras una gestión del Arzobispo Emérito de Cracovia.
La Basílica Catedral Piura, a vísperas de la Nochebuena fue escenario de la colocación de una de las reliquias de primer grado de sangre que perteneció al Papa San Juan Pablo II, restos que llegaron a la ciudad norteña procedente de Polonia.
La colocación de la misma fue gestionado por el Arzobispo Emérito de Cracovia y antiguo secretario personal del Papa Santo, Cardenal Stanislaw Dziwisz; la ceremonia estuvo presidida por el arzobispo Metropolitano de Piura, monseñor José Antonio Eguren Anselmi.
La reliquia fue colocada en el altar mayor de la iglesia Catedral, a donde cientos de fieles llegaron a venerarla en su primer día en esta ciudad que se vio afectada hace unos meses por el fenómeno El Niño Costero.
Los piuranos conservan un gran recuerdo con el Santo Padre, quien llegó a esta ciudad e febrero de 1985 cuando aún la ciudad se recuperaba de los estragos que dejó en 1983 el Fenómeno El Niño.
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