Veinte de los veinticuatro partidos han confirmado su participación en las elecciones del 26 de enero. Nuevo Perú, que no tiene inscripción, se alía con los cuestionados Vladimir Cerrón y Yehude Simon.
En espera de las próximas audiencias del Tribunal Constitucional, no menos de 20 partidos políticos afinan sus estrategias para participar en las elecciones congresales del 26 de enero. Este fin de semana fue el turno de Fuerza Popular que decidió oficialmente presentar candidatos que serán elegidos a través de los delegados de cada una de las regiones de nuestro país. El partido fujimorista enfrenta tres desafíos: defender el discutido balance de su amplia mayoría en el Congreso disuelto, renovar su imagen a través de nuevas figuras y definir una agenda de cambio para el período parlamentario que solo durará un año y medio. Luis Galarreta ha adelantado lo que podrían ser los temas de campaña fujimorista: el rechazo a “la quiebra del orden constitucional” y la “defensa de la vida y la familia”, contra “los valores del comunismo”.
También una de las corrientes de la izquierda parlamentaria ha tomado decisiones. Nuevo Perú ha decidido aliarse con otras dos organizaciones que sí tienen inscripción electoral: Perú Libre de Vladimir Cerrón y Juntos por el Perú de Yehude Simon. Eso quiere decir que el partido que hizo de la Ética una de sus banderas decide avalar a dos figuras que tienen graves cuestionamientos. Simon acusado de haber recibido dinero de Odebrecht y Cerrón, condenado a cuatro años por corrupción. Importa recordar que Cerrón ha expresado algunas de las más vergonzosas aberraciones del lenguaje político: la xenofobia, la homofobia y el antisemitismo. ¿No saben Marisa Glave, Indira Huilca y sus compañeros a qué excesos de intolerancia llevan esos discursos? En todo caso, dos de los excongresistas han salvado el honor de la bancada al anunciar su renuncia: Richard Arce y Horacio Zevallos.
Crisis en Chile
El jueves pasado el presidente Sebastián Piñera se comparó en el Financial Times con el héroe griego Ulises, quien durante su viaje de retorno a Itaca se hizo atar al mástil de su barco para resistir al canto de las sirenas que pretendían distraerlo de su ruta. Las sirenas, según Piñera, entonaban las promesas del populismo. Dos días después suspendió el alza del pasaje del metro de Santiago, que aunque pequeña sirvió para catalizar un descontento social que nadie previó. Entretanto se ha implantado el toque de queda hasta las 6 de la mañana, lo que no se había visto desde 1987, a finales de la dictadura de Pinochet. Piñera ha propuesto la creación de una “Mesa de diálogo amplia y transversal”, que aborde las demandas sociales y se refirió en particular al sistema de salud, al precio de los medicamentos y al costo de vida. Piñera ha prometido “escuchar al pueblo con humildad y mucha atención”.
La explosión de violencia ha cobrado la vida de 10 personas y ha producido incendios y destrucción. El presidente Piñera deberá contestar porqué convoca ahora a una Mesa de Diálogo y no antes de que el Estado reaccionase con medidas extremas como son el estado de emergencia y el toque de queda. La mayor parte de analistas chilenos constata que el indudable progreso económico de Chile ha descuidado la igualdad. Asimismo casos recientes de corrupción han puesto en duda los tradicionales estándares de honestidad de funcionarios públicos y empresarios. Por ahora, lo único en que están de acuerdo todas las corrientes políticas es en la necesidad de diferenciar la protesta de la violencia.
Elecciones en Bolivia
En Bolivia, Evo Morales se verá obligado a participar en una segunda vuelta porque no logró sobrepasar en diez puntos al expresidente Carlos Mesa. Si Comunidad Ciudadana de Mesa logra el apoyo de los candidatos eliminados en la primera vuelta, Evo Morales sería desplazado del poder al término de 13 años. Y así se rendiría justicia a un referendo que rechazó una nueva candidatura de Morales.
Las cosas como son
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