El jurista consideró que fue una ´metida de pata´ que el Gobierno dijera que evaluaba su candidatura a la OEA y que no rectificara a tiempo. Dijo que eso ´deja mal parado a este Ejecutivo´.
El jurista y exministro peruano Diego García-Sayán consideró "una señal preocupante" que pese a que el propio presidente Ollanta Humala fue quien propuso su candidatura a la Secretaría General de la OEA, no haya podido reunirse o con él o establecer comunicación alguna.
Reiteró que decidió declinar a su postulación por falta de apoyo político, aunque no descartó que podría reevaluar su decisión.
"Todo puede estar abierto, pero están las condiciones objetivas actuales en las que el candidato no ha tenido posibilidad siquiera de reunirse con el presidente, y ya hemos visto estas persistentes negativas a expresar un apoyo político", expresó en los estudios de RPP Noticias.
"SI ALGUIEN METIÓ LA PATA, SE DEBIÓ RECTIFICAR"
García-Sayán indicó que ha recibido mensajes de "frustración" por el retiro de su candidatura, aunque reconoció que pese a esas simpatías, "todo Gobierno quiere tener la certeza de que quien propone está también invirtiendo allí su capital".
Lamentó que aunque su candidatura "ya estaba prendiendo" frente a otros países que aún no han definido a un postulante, el Gobierno sembrara la duda en la comunidad internacional respecto a que estaba evaluando si mantenía su postulación.
"Si alguien metió la pata diciendo que "vamos a evaluar", eso se debió rectificar; hubo un mes y medio después para hacerlo, pero no se hizo. Yo creo que esto sí deja mal parado a este Ejecutivo porque transmite un mensaje que no es coherente, que no es bueno para el país", afirmó.
Apuntó que frente a su renuncia, hecha en la víspera, no había recibido ninguna reacción a lo largo del día, y fue recién a medianoche que obtuvo una carta del canciller Gonzalo Gutiérrez.
Finalmente, señaló que en materia de política exterior los debates que pudo haber en el Congreso de la República y los "agravios antidemocráticos" en contra de su candidatura son "irrelevantes".
"No quisiera pensar que un gobierno democrático ha sucumbido a un sector antidemocrático por razones de un debate interno, anecdótico para el escenario internacional”, concluyó.
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