El último mes ha sido un mes agitado en política, pero teñido por el desánimo ciudadano por el decrecimiento de la economía.
La última encuesta de Ipsos, en un mes como julio que suele ser propositivo en cuanto celebramos las Fiestas Patrias, nos presenta un panorama desanimado y crítico. Primero, porque no habrán mayores sorpresas políticas. Todo lo que tenía que ocurrir, ya ocurrió.
El Presidente de la Republica luce más descargado luego del encuentro promisorio con Keiko Fujimori y la aproximación a Fuerza Popular. Según sus declaraciones del pasado domingo, es consciente que hay decepción en la ciudadanía y que ésta se debe en buena medida "al crecimiento económico bajísimo".
Pero cree que se podrá crecer un 4 o 5% en el según año de gobierno, lo cual nos da una luz de esperanza, no obstante que las predicciones de los técnicos siguen siendo pesimistas.
Otros hechos son aún más demoledores. El impacto del encierro del expresidente Humala y su esposa tiñe a toda la clases política. Tanto así que la encuesta del domingo no deja títere con cabeza en materia de aceptación pública. Oficialistas u opositores, hombres y mujeres políticos, ministros o parlamentarios, empleocracia o gobiernos regionales no cosechan aplausos.
Hay una muy delgada luz de esperanza cuando se pide definir qué tipo de acción política se consideraría plausible: técnicos, profesionales, modelos razonables. Desgraciadamente, la política sólo se hace con políticos, de modo que tenemos estos próximos 4 años que lidiar con lo que nos ha tocado en suerte.
Una esfera esperanzadora es el esfuerzo que se debe y puede realizar en materia de reconstrucción no sólo porque constituirá un alivio imprescindible a miles de hogares y ciudadanos sino que también puede significar una inyección reanimadora de la economía, que es el flanco más débil y el que más influye en este pernicioso desánimo.
¿Qué papel le toca a la oposición que, independientemente del fujimorismo, tiene un rol menor pero pide dialogar y dejarse ver? De persistirse en una política menuda y oportunista, el favor ciudadano no estará con ellos, como no lo está con el gobierno. Lo que se reclama es más bien revitalizar la vida política, intelectual, propositiva y audaz. Y es allí donde tendría también que tener encuesta la cuota revitalizadora de cuadros jóvenes, redes sociales e ideas despercudidas.
Sea por debilidades y errores en este primer año, a los que han añadido remezones fortísimos de la naturaleza y la coyuntura internacional, ha llegado el momento de buscar en conjunto un restablecimiento político que disminuya.
* Raúl Vargas es conductor de 'Enfoque de los sábados' y también consejero editorial de RPP Noticias.
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