El jefe de Devida, Ricardo Soberón, señaló que en los últimos 30 años, la política antidrogas no ha tenido resultados en función a reducción de áreas de cultivo de hoja de coca.
El presidente ejecutivo de Devida, Ricardo Soberón, ratificó que no existe ninguna "incoherencia" ni "doble discurso" entre los retos del Gobierno y los lineamientos que ejecutará su institución.
Lo dijo durante la exposición de la estrategia nacional contra las drogas 2012-2016, que presenta ante la Comisión de Defensa del Congreso.
Señaló que en los últimos 30 años, la política antidrogas no ha tenido resultados en función a reducción de áreas de cultivo de hoja de coca.
"De seguir así, con las mismas tendencias, el 2016 podríamos estar enfrentando una situación en donde hayan más de 70 mil hectáreas de hoja de coca y 330 toneladas métricas de clorhidrato de cocaína", apuntó.
Sostuvo que "podemos hacer daño" al narcotráfico mediante la denuncia contra el lavado de activos, intensificando el control de insumos químicos, pero también a través de la inteligencia policial.
Agregó que se debe aplicar un modelo de protección inclusivo que permita a través de medidas preventivas evitar que niños, universitarios y adultos mayores ingresen al consumo de sustancias ilícitas.
Soberón manifestó que uno de sus retos es replicar en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE) y en otras zonas de cultivos ilegales, el modelo de desarrollo alternativo que se viene ejecutando con mucho en el departamento de San Martín.
"Con Estados Unidos (EE.UU.) estamos tratando de abrir el abanico, para que los emprendimientos en San Martín sean replicados en el VRAE y otras zonas", expresó al referir que su gestión apuesta por una relación armoniosa con la cooperación internacional, pero con respeto de la soberanía nacional.
Comentó que EE.UU. dispone de 20 mil millones de dólares anuales para a lucha antidrogas, siendo previsto para el Perú 52 millones de dólares. "Debemos intentar desde Devida expandir la cooperación internacional", dijo.
El jefe de Devida garantizó que su gestión sí aplicará la reducción de cultivos de hoja, pero que será a través de “una erradicación definitiva, sostenible, eficaz, medible y verificable, no simbólica” como fue anteriormente. Remarcó que se debe hacer el menor daño al campesino, por tratarse del eslabón más vulnerable del narcotráfico.
"En el mundo podrá haber un amplio debate sobre la legalización del consumo de drogas. En nuestro país eso no se va a dar, porque el Perú ha decidido utilizar nuestros recursos para hacerle daño al narcotráfico", expresó de otro lado.
Al referirse a los actores sectoriales en la lucha antinarcóticos, dijo que otro gran reto es lograr "que el conjunto del Estado pueda caminar con la misma velocidad y coherencia" para enfrentar esta problemática.
También reiteró su disposición a apoyar la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción asociada al narcotráfico.
"Hay un problema sustantivo de la corrupción...Invoco a los señores congresistas para que en conjunto con otras instituciones del Ejecutivo emprendamos una verdadera cruzada para poder evitar que la corrupción asociada al narcotráfico pueda llegar al Estado", manifestó.
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